Análisis

Juan Pinilla

Fallece el último cantaor de una generación dorada

La muerte del 'Panaero de Montefrío' cierra una importante página del flamenco granadino

Cristóbal Trujillo Garrido, conocido artísticamente como Panaero de Montefrío, falleció el pasado domingo a la edad de 86 años. El pueblo de Montefrío y aficionados desplazados desde distintos puntos de la provincia le dieron ayer el último adiós en su localidad natal.

Nacido en diciembre de 1930, con su desaparición se cierra la época dorada del cante flamenco en esta bella localidad granadina, ya que era el último cantaor vivo de aquella generación en la que destacaron Manuel Ávila, Paco de Montefrío, Rocío La Campera y Rogelio Peña. Las cinco voces habían dejado grabaciones y una interesante trayectoria artística que convirtieron a Montefrío en uno de los pueblos flamencos más importantes de Andalucía Oriental.

Trujillo recibe el nombre artístico de su profesión como panadero, oficio que ejercía repartiendo pan con una furgoneta por Montefrío entre el que se diseminan numerosas aldeas, y solía hacerlo cantando. Asistió a la escuela hasta los nueve años y posteriormente se enroló a trabajar en el campo con su familia, de quienes aprendió el flamenco, ya que tanto sus padres como primos eran aficionados.

En 1986, el investigador José Guardia lo entrevistó en Montefrío para su libro de biografías de flamencos granadinos, y Cristóbal le confesó que recordaba haberle cantado a los soldados en la guerra civil a cambio de comer con ellos, con a penas siete u ocho años.

Su cante se fue moldeando al lado de sus paisanos Manuel Ávila, Paco de Montefrío y amigos como El Condeso, Maguta, Velázquez y Rábano. Hubo otro dato interesante que influyó en su carrera, y es que gracias a que en Montefrío se daba la circunstancia de que habían muy malas comunicaciones por carretera, las troupes flamencas que actuaron allí entre los años 40 hasta 60 debían pernoctar allí, con lo cual compartió prolongadas juergas con algunos de los artistas más importantes de la historia del flamenco como Niño de la Huerta, Pepe Pinto, Manuel Vallejo, Niña de los Peines, José Palanca, Marchena, Juanito Valderrama y Pepe el de la Matrona.

En 1956, junto a su paisano y compadre Manuel Ávila, se presentaron al concurso nacional de Córdoba donde fue acompañado por el histórico guitarrista Niño Ricardo. Ese concurso lo ganaría Fosforito, con quien después compartiría escenario. A partir de esa época, y especialmente en los 60 y 70, alternó su trabajo de panadero con actuaciones por festivales y peñas flamencas de toda la geografía Andaluza. Participó en el famoso concurso de 1922, celebrado en el Mirador de San Nicolás en 1972; y después se enroló en la compañía de Paco de Montefrío con el que recorrió numerosos pueblos, y grabó dos discos, uno como solista, y otro que comparte junto a Manuel Ávila, ambos con el sello Sonisur y registrados en Montilla (Córdoba), junto al guitarrista Miguel Ochando.

Socio fundador de la peña flamenca Manuel Avila de Montefrío, fundada en 1980, y asiduo a los festivales de su pueblo, ha compartido escenario y cartel con figuras como Turronero, Menese, Chocolate, Juanito Villar, Fosforito, Juanito Valderrama, Lebrijano y un largo etcétera. Fue además una de las figuras fundamentales de sendos homenajes que se realizaron a su paisano Manuel Ávila tanto en 1984 como en 2003. En el año 2015 le pusieron su nombre a la escuela de flamenco de Montefrío, que en la actualidad se llama Escuela de flamenco Panaero de Montefrío.

Cantaor de culto y voz natural, se sentía especialmente bien en los cantes por soleá, la caña, serranas y fandangos de Lucena, y era uno de los últimos intérpretes fidedignos del cante por temporeras de Montefrío. Con su desaparición, se cierra una importante página de la historia del flamenco en esta localidad y de la cultura jonda granadina.

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