Análisis

manuel sánchez

La Fed acelera la normalización de su política monetaria

La coyuntura económica global sigue marcada por las tensiones inflacionistas. La tendencia al alza de los precios se ha reflejado nuevamente en el dato de IPC de EEUU de noviembre. En concreto, respecto al mes anterior los precios aumentaron un 0,8% (frente a un 0,7% proyectado por el consenso de mercado), 0,1 puntos porcentuales inferior al incremento registrado el pasado octubre de un 0,9% mensual. De esta forma, la inflación general de la economía estadounidense avanzó 0,6 pp hasta situarse en un 6,8% anual, su mayor nivel desde junio de 1982.

Ante la persistencia de las presiones inflacionistas, la Reserva Federal de EEUU, en línea con lo proyectado por el consenso del mercado, ha decidido acelerar el ritmo de reducción de las compras de activos a 30.000 millones de dólares mensuales (frente a 15.000 millones de dólares acordado en su reunión anterior). Así, reducirá las compras de Treasuries en 20.000 millones de dólares y las de valores respaldados por hipotecas (MBS, Mortgage Backed Securities) en 10.000 millones. De esta forma, el proceso de tapering finalizaría en marzo de 2022.

Adicionalmente, los miembros de la Fed proyectan hasta tres subidas de los tipos de interés oficiales el próximo año, situándose a cierre de 2022 en un rango de entre un 0,75% y un 1,00%. Todo ello en un contexto en el que en su escenario central la Reserva Federal prevé un avance del PIB de un 4,0% anual el próximo año, en el que la inflación podría moderarse a un 2,7% anual. Unas previsiones que confirman que la evolución del nivel de precios será uno de los factores que determinarán no solo la confianza de los consumidores, sino también el dinamismo económico de 2022.

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