Tras una semana de encierro que comenzó el pasado lunes 30 de septiembre, muchos vecinos y vecinas de Norte siguen sin luz. Siguen sin la luz de Endesa, necesaria para alumbrar sus hogares, encender sus electrodomésticos y dar vida a sus hogares.

Pero tienen otra luz: la de muchísimas personas, asociaciones, colectivos, entidades y medios de comunicación que, desde sus diversas realidades, han decidido dar un paso adelante; ponerse al lado de ellos; colaborar de mil maneras en la resolución del problema.

Aunque sigan a oscuras, ahora Norte no está solo en esta lucha necesaria: mucha gente de Granada apoya al distrito. De Granada y otros lugares de la geografía.

Resulta imposible enumerar, una a una, las entidades sociales, políticas, económicas, universitarias, sectoriales, vecinales, sindicales, religiosas, empresariales, profesionales, mediáticas que, en esta semana de encierro han mostrado sus apoyos a esta causa.

La sociedad civil se ha pronunciado. Lo ha hecho a través de visitas, ideas, reuniones, escritos de apoyo, propuestas concretas, cartas, asistiendo a la concentración del jueves, a través de las redes sociales, y desde las páginas de periódicos, emisoras de radio, programas de televisión.

Sin lugar a dudas, todos y cada uno, resultan imprescindibles en esta lucha: confiamos plenamente en la fuerza de sus palabras, en el poder infalible que tiene el bien y en la cadena de personas y colectivos dispuestos a echar una mano.

La presencia de los responsables políticos de las diferentes administraciones, también ha sido positiva y esperanzadora; se han comprometido delante de nosotros, de los vecinos y de los medios de comunicación, a realizar todas las acciones necesarias para solucionar el problema más grave que tiene Granada. Estaremos atentos y vigilantes para que sus promesas se hagan realidad y el distrito norte recupere su dignidad.

En esta semana de encierro no hemos recibido ni una sola llamada de los responsables de Endesa. La compañía eléctrica ha estado por completo ausente.

Hemos acabado un encierro que, como gesto, ha servido para volver a visibilizar el problema: es obligado dar gracias por los apoyos recibidos, por los gestos y compromisos alcanzados, en nombre de las familias de Norte afectadas. Sin la cadena de apoyos, este gesto no habría servido de nada.

Pero, la tragedia sigue: la gente sigue sin luz; el reloj sigue sumando días, semanas, meses sin suministro eléctrico. Ha llegado el momento de exigir a Endesa que asuma errores y repare daños.