Guerra en las redes

Guerra en las redes / Photographerssports

Siete y pico y un ojo comienza a decir al otro que toca abrir. Instintivamente mano al teléfono, desconectamos de la pared, y…. ¡¡Vamos a la guerra!! Infinitas noticias, que no lo eran apenas dos minutos antes, ahora sí lo son. Bueno, a veces no son infinitas. Puede ser la misma reinterpretada en mil formas, gustos y colores. A renglón seguido, nos percatamos que no somos nadie, que dependemos de la sapiencia, más o menos acertada, del periodista que casa día suscribe a su forma, gusto y color, la noticia que en su redacción le adjudicaron cubrir.

Gusto, color y forma. Así denomino lo que en 1993 escribió Michael Parenti, historiador destacado por su ácida crítica a los medios de comunicación. Decía más o menos que en realidad ningún tema existe hasta que aparece en las noticias de los medios. Y que la cara que se muestra de cualquier suceso está determinada por quienes controlan los medios de comunicación. Incluso cuando no creemos lo que dicen, oímos o leemos sus puntos de vista en vez de otros puntos de vista. Continúan estableciendo la agenda, definiendo lo que debemos creer y lo que no, lo que debemos aceptar o no. Más o menos eso decía el bueno de Parenti.

Pero me gustaría verle torear ahora. Periódicos, programas de radio y televisión coexisten con los vástagos de la innovación tecnológica. Mientras medios clásicos a duras apenas mantienen sus formatos, la lista de nuevas estructuras donde canalizar conocimiento es inmensa: páginas web, blogs, plataformas para compartir vídeos, aplicaciones digitales, redes sociales…. en los últimos años los medios convencionales generan estructuras que compiten en esos canales, pero no encuentran el corsé adecuado. Un particular sin apenas infraestructura, puede ser durísima competencia. Únase el hecho de ser ahora transmisores directos de información, sin intervención de controladores editoriales ni institucionales lo que introduce un mayor grado de imprevisibilidad e inestabilidad en el proceso de comunicación política.

En su momento tenía gracia. No se vieron intimidados en su posición dominante. Y lo que comenzó reenviando mensajes de móvil, hoy es vehículo de ganar electores y elecciones. Medios que proporcionaban información acerca de políticas de gobierno, de la noche a la mañana se ven inmersos en la guerra de guerrillas que son las redes para mantener su máxima influencia social. Y estrenan estrategias que responden a concepciones que pueden cuestionar la objetividad de la información y que ocasionan fisuras en el sistema democrático. Se incluyen todos: líneas editoriales, fake, estructuras diferenciadas por su intensidad pero que toman como hilo conductor falsedades referidas a hechos reales que pasan por noticias. Nuestra herencia: investigar la solvencia de las fuentes además de leer noticias. Consejo de amigo.

La objetividad de las informaciones, a veces sesgadas e incompletas, la credibilidad actual de instituciones hasta ahora siempre fuera de toda duda, la solvencia e imparcialidad de los informes de expertos, la motivación de decisiones y actos de gobierno… lo que da de sí una tarde de discrepancias sobre gustos, colores y formas. Echo de menos cenar. Y buenos amigos para conversar. Prefiero mascarilla al whatshapp. Con estos dedos, siempre me equivoco…

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