Análisis

josé aguilar

Haz que pase y se quede Pedro

Sánchez quiere que la gente vote sólo con el bolsillo y extiende un tupido velo sobre sus alianzas y su mandato

El lema de la campaña electoral de Pedro Sánchez, que tanto ha entusiasmado a la extremadamente cursi portavoz Celaá, quizás no aporte votos al candidato a la reelección, ni se los quite, pero su anuncio por adelantado lo ha hecho coincidir con la aprobación en el Congreso de los decretos "sociales" con que Sánchez ha querido marcar su breve mandato y cargar de promesas seductoras el próximo. "Haz que pase": que haya esa otra legislatura aún mejor y que el presidente pase el corte de la legitimidad democrática, tanto de origen como de ejercicio.

La legislatura acabó como empezó. Pedro llegó a la Moncloa con algunos apoyos indeseados o indeseables y se va de la Moncloa sacando adelante seis decretos gracias a algunos respaldos indeseables o indeseados. Varios de estos decretos ni de lejos obedecen a razones de urgencia o necesidad extraordinaria, pero sí eran necesarios y urgentes para el Gobierno. Para cimentar la imagen de un Sánchez que, al modo de Dios, escribe recto con renglones torcidos: viene a mejorar la vida de la gente (alquileres, subsidio para mayores de 52 años, bajas por paternidad, salario mínimo), aunque sea con los votos de enemigos de la Constitución, rompedores de España o chantajistas de pájaro en mano (cuatro competencias nuevas para el País Vasco).

Esa es la esencia de la campaña electoral socialista y no un eslogan más o menos desafortunado que poco influirá en la inmensa mayoría de los votantes. Se trata, en resumidas cuentas, de apelar al bolsillo de los ciudadanos, que la experiencia histórica erige como el factor más determinante del voto, y correr un tupido velo sobre las consideraciones ideológicas o estrictamente políticas, aquéllas que harían a los electores preguntarse cómo llegó Pedro Sánchez al poder, gracias a quiénes, y, lo que es peor, cómo piensa volver tras el 28-A. Tupido velo que se extiende a los meses de coqueteos y negociación con el independentismo, a la cumbre bilateral de Pedralbes y al relator del deslenguado Iceta (ahora todo es rechazo rotundo de la independencia de Cataluña, pero ¿quién puede creérselo?). Tupido velo acerca del coste de los Viernes Sociales y su repercusión en el déficit y la deuda pública. Y velo tupido sobre la gran mentira de toda esta legislatura: iba a durar lo mínimo imprescindible para desalojar al corrupto PP y convocar elecciones generales.

Haz que pase. Que los españoles pasen de esta impostura y su creador pase el corte.

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