Análisis

josé Martínez Olmos

Mejorar la calidad siempre

La visión de los pacientes es clave en las políticas de mejora continua

En el ámbito de la sanidad, la mejora continua de la calidad asistencial forma parte del ADN de la las organizaciones sanitarias. Cuando esto no es así, la utilidad social de los servicios sanitarios cae hasta la irrelevancia e incluso, puede ser perjudicial para los pacientes.

Desde este punto de vista, la dinámica específica que condiciona la utilidad y la solvencia de cualquier servicio sanitario tiene su fundamento en el establecimiento de políticas activas de mejora continua de la calidad.

Más aún cuando es una realidad palpable que las personas tenemos hoy muchas más posibilidades potenciales de obtener información relevante sobre cualquier enfermedad que nos pueda estar afectando y, consecuentemente, valorar cuáles son las opciones de práctica clínica más adecuadas en base a evidencias contrastadas.

Esta es una de las razones, (no necesariamente la más importante), por las que las organizaciones de pacientes tienen cada vez más presencia en la sanidad con un papel cada vez más relevante. En muchos casos, la incorporación de la visión de los pacientes es un elemento clave en las políticas de mejora continua de la calidad asistencial.

Vienen estas reflexiones al hilo de la puesta a disposición pública de las conclusiones del "Informe sobre el abordaje del cáncer de pulmón en España. Principales innovaciones, aprendizajes y áreas clave para el avance" presentado en el XXI Congreso Nacional de Hospitales celebrado estos últimos días en Santiago de Compostela.

Según este informe, los pacientes con cáncer de pulmón reciben una atención clínica de alta calidad en España, pero aún hay un margen de mejora en el modelo organizativo de la actividad asistencial y en los sistemas de información clínica. Estas conclusiones se habrían obtenido tras analizar la situación en ocho hospitales españoles con el objetivo de conocer el nivel de implementación de las innovaciones científico-técnicas, de otras innovaciones en el diagnóstico y del estado del modelo organizativo sanitario respecto a la atención de pacientes con la citada enfermedad.

Si observamos los elementos analizados, se puede comprobar la importancia de los diferentes aspectos que influyen en la calidad asistencial. Pero quiero hacer especial énfasis en la trascendencia del modelo organizativo porque en este apartado se incluyen aspectos que son propios del ámbito competencial de los gestores sanitarios (entre los que hay que considerar a los responsables de unidades clínicas y jefes de servicio); de hecho, en este Informe se señala con claridad que las organizaciones donde existe un liderazgo compartido entre la mesogestión y los profesionales sanitarios se potencia la capacidad de implementación de cambios en la organización. Cambios que son necesarios en muchos casos para mejorar la calidad asistencial.

Y es que el objetivo de la excelencia en la práctica clínica es potencialmente inalcanzable si no hay un perfecto engranaje en la gestión sanitaria entre los diferentes niveles gestores. Engranaje en el que la implicación de los lideres clínicos es imprescindible. Y es que hacer buena gestión requiere sin duda, una adecuada y acreditada capacitación específica que debe llegar sin excusas al nivel de lo profesionales que ejercen o aspiran a ejercer funciones directivas en el nivel de servicio o unidad clínica.

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