Análisis

Roberto Pareja

Nueva normalidad y viejas anormalidades

Más de 86.000 fallecidos después, por nombrar la mayor, media España se adentra sin complejos (los botellones nos seguirán sonrojando) en la nueva normalidad libre de las penosas restricciones que nos vienen sojuzgando tanto el ocio, como el trabajo, como el bolsillo, como la moral desde hace 19 meses; una renacida normalidad que convive con otras cosas mucho menos normales que se vienen sucediendo estos días entre cartas papales, togas y rastas.

Mariano Rajoy nunca tuvo empacho en apelar a la gente e incluso a los "seres humanos normales" (categoría ésta en la que presuntamente se engloban los que tienen pensamientos y planteamientos similares a los del ex presiente del Gobierno) para derrotar en las urnas a los populistas y a los demagogos, "frente a la gente honrada que quiere a su país". Efectivamente: Rajoy hace de la capa de la normalidad su sayo particular, dejando en la miseria moral de la malsonante anormalidad a todos los que no comulgan con sus ideas...

Y quién nos iba a decir que la derecha y la ultraderecha españolas, tan católicas ellas, se iban a echar en tromba contra el Papa de Roma porque a Francisco se le ocurrió disculparse con el pueblo mexicano en nombre de la Iglesia por los "pecados" en la evangelización de las Américas...

Tampoco parece muy normal que diría Rajoy el último ardid electoralista del PSOE, ese bono para los nuevos votantes -los que cumplen la mayoría de edad en 2022- de carácter indiscriminado, que tanto le puede valer a una pija que guste desayunar gulas y berberechos (no es mi sucia imaginación, es lo que revela ufana Beatriz Fanjul, la presidenta de Nuevas Generaciones, muy completa ella... también se jacta de que los del PP tienen "más clase y educación"), que el que ni puede poner la calefacción porque no le llega para pagar el recibo de la luz.

Y qué decir de ese diputado con rastas condenado... Ya se sabe: le das una patada a un policía (en 2014), te marchas a casa tranquilamente y ya irán a por ti en unos años, cuando te elijan diputado por Podemos... Dos magistrados del Supremo han emitido un voto particular cuestionando la "extrema parquedad del relato" del agente, el único testigo de cargo en el que se apoya la condena a Alberto Rodríguez. Al tiempo que saltaba esta noticia, llegaba otra sobre el inminente archivo de unas investigaciones en lo más alto con fraudes a Hacienda y evasión de capitales...

Todo muy normal, como que Pablo Casado se relance como aspirante al trono de Moncloa sacando a bailar a condenados por corrupción como Sarkozy o dioses de las letras como Vargas Llosa dando lecciones de votar como dios manda...

¡Vote al PP y no me sea anormal! (que diría Rajoy, dios me libre).

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios