Análisis

Pedro Domecq Gandarias

Presidente Federación Española Criadores de Limusin

Oscuros intereses contra el sector vacuno español

Como viene sucediendo en los últimos años por estas fechas, las multinacionales del ecologismo radical, aparecen con su campaña de ataque a la carne de vacuno.

Ataques y mensajes apoyados por la extrema izquierda (ministros incluidos) y por buena parte de grupos disruptores con nuestras tradiciones y libertades.

Lo que todos ellos utilizan, es una falta de rigor total, manejando mensajes alarmistas sin aportar datos reales, creando angustia y confusión entre los consumidores.

Si en vez de utilizar la demagogia, difundiesen los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, los lectores podrían comprobar como las afirmaciones y mensajes difundidos carecen de rigor, y solo responden a causas interesadas por grupos animalistas, veganos, feministas y del entorno de la extrema izquierda.

Los estudios del Ministerio de Agricultura revelan que el consumo de carne en España no ha parado de bajar en los últimos 15 años.

España con un consumo de menos de 5 kilogramos (kg) de carne de vacuno por habitante y año es el penúltimo pais de la Union Europea, sólo por delante de Malta. A titulo de ejemplo Francia consume 17 kg por habitante y año, Italia 18 kg y la media de la UE esta entorno a 18kg.

España esta entre los tres países con mayor esperanza de vida del mundo y eso, en su mayor parte, se debe a la dieta mediterranea.

En cuestión de producción ganadera, es incierto que el vacuno en España se crie en macrogranjas sencillamente porque es irrentable. En nuestro pais se produce en extensivo con una crianza en prados y dehesas y solo en determinadas zonas se produce la fase final de engorde 4-6 meses en centros habilitados para ello suministrando piensos a base de cereales.

España exporta entorno al 52% de su producción de vacuno, principalmente a países del norte de Africa y Medio Oriente.

Los gases efectos invernadero atribuidos a la ganadería a nivel mundial están entre el 5% y el 7% del total, pero nada o poco se dice del efecto que producen prados y dehesas como sumidero de CO2. Con lo cual la posible huella contaminante atribuible a ls ganaderia sea posiblemente neutra.

Por último, poner de manifiesto que es una irresponsabilidad utilizar los medios y la visibilidad que dan los cargos públicos para dañar un sector del que dependen miles de ciudadanos y crear miedo, angustia y confusión entre los consumidores, utilizando para ello cuando mas, datos de países externos, o de estudios que nada tienen que ver con la realidad de España.

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