Menos mal que Rosa María Mateo deja su silla omnipotente de Prado del Rey antes de que el desastre en TVE sea absoluto. Ahora llega un consejo, una comisión, con parcelas repartidas de antemano y condenados al enfrentamiento y a la polémica, pero queda un amplio margen de confianza en la figura de su nuevo presidente, José Manuel Pérez Tornero. Un profesional de origen andaluz, analista del medio, buen conocedor de la casa y creador de un formato de prestigio como La aventura del saber. Son credenciales esperanzadoras.

Contaremos en estas páginas con la valoración de Pérez Tornero y confiamos en su criterio y en sus evidentes ganas de renovar e ilusionar. A los que están en la redacción y a los que observan la pantalla. A los que analizamos el trabajo de la cadena pública y a todos esos lectores interesados en saber cómo funciona la cadena que pagan y por qué se toman determinadas decisiones. Eso es profesionalidad, honestidad y cortesía. Y Pérez Tornero es un baluarte.

Para que una cadena pública mejore hay que dar oportunidad a los que realmente están apasionados por la TV y sus posiblidades. Profesionales que estén por encima de intereses particulares, políticos y de productoras, y que cuenten con un equipaje que garantice la estrategia de su labor. RTVE inicia así un camino de remontada en su prestigio y credibilidad porque quienes van a decidir sobre su misión, aunque puedan simpatizar más o menos entre ellos, han sido nombrados por conocimientos, valía y experiencia.

El almeriense Pérez Tornero, de esa periferia andaluza ajena a intrigas politiqueras capitalinas, es una promesa aunque lleve tantos años en propugnar la calidad, la divulgación cultural y el servicio público con público. Confiemos en que sin que se le arrimen amigotes y palmeros sea capaz de enderezar el desatino en todos los aspectos que le deja en herencia Mateo. A Pérez Tornero le gusta la televisión. Ya era hora alguien así.

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