Ha creado el idioma una bella expresión metafórica para referir las aproximaciones humanas cuando las posiciones de partida están alejadas, tender puentes. Tarea difícil cuando por debajo circulan turbulentas aguas que, además, hay quien se empeña en enturbiarlas todavía más. Y, sin embargo, este 2020 de nuestro confinamiento nos ha traído hasta una situación de la que no saldremos si no es tendiendo puentes. "Cuando las circunstancias sean adversas / y simplemente no encuentres amigos / como un puente sobre aguas turbulentas / yo me desplegaré", primera estrofa del clásico Puente sobre aguas turbulentas (Bridge over troubled water, título original), que grabaron Simon y Garfunkel en 1970.

Es decir, sobre las turbulentas aguas de la política sería de agradecer un punto común de encuentro, que seguro que lo hay y es posible encontrarlo, en estos momentos de circunstancias adversas como el que describe el dúo estadounidense en su canción, segunda presencia de Simon y Garfunkel en este cancionero analítico. Cuando estamos llegando al punto de devastación económica y social que ninguno podíamos prever en nuestras acomodadas vidas de hace tan solo dos meses, se hace más necesario que nunca un gran acuerdo nacional con el único objetivo de superar esta situación a la que nos ha traído el coronavirus.

Sería muy conveniente, por tanto, que nuestros heraldos de la política, se apartasen de la melé oblicua del día a día, se apartasen por un momento de sus legítimas posiciones partida y abstraídos en la audición de este Bridge over troubled water reflexionasen buscando en el adversario cuantos de sus planteamientos pueden ser aceptables y viceversa. Una canción en tono suave, de oferta desinteresada, de entrega: "When you're weary / feeling small, / when tears are in your eyes / I will dry them all. / I'm on your side" ("Cuando estés abrumado / y te sientas pequeño, / cuando haya lágrimas en tus ojos / yo las secaré todas. / Estoy a tu lado"). Este 'a tu lado' tan antitético en la política como explorado en este cancionero analítico de continuas e inútiles apelaciones a la responsabilidad de nuestros heraldos si ni siquiera en estos días se muestran a la altura de las circunstancias: "Cuando te sientas deprimido y extraño, / cuando te encuentres perdido, / cuando la noche caiga sin piedad, yo te consolaré. / Yo estaré a tu lado". O, también: "Cuando llegue la oscuridad / y te envuelvan las penas, / como un puente sobre aguas turbulentas / yo me desplegaré".

Con letra y música de Paul Simon pero cantada íntegramente por Art Garfunkel, como un síntoma de la división que afloraba en el dúo, Puente sobre aguas turbulentas figura entre los clásicos de los 70 y entre las más afamadas de sus composiciones. La canción de hoy, versionada por Elvis Presley, Aretha Franklin, Bonnie Tyler, Jackson Five, nuestra Cecilia (en inglés) y hasta Camilo Sesto con una letra en español que entra a martillazos en el suave tono de la original, tiene una tercera estrofa que no estaba en la versión original escrita por Simon, quien se avino a añadirla a sugerencia de los productores. Es un verso de esperanza, a modo de salida de la turbulenta situación, "Sail on silver girl" ("Navega, chica plateada"), porque "your time has come to shine. / All your dreams are on their way" ("Ha comenzado a brillar tu estrella. / Todos tus sueños se verán colmados"), probablemente como consecuencia del ofrecimiento de las dos primeras estrofas y, así, el cantante invita a mirar "como resplandecen. / Yo navego tras de ti / si necesitas un amigo. / Como un puente sobre aguas turbulentas / aliviaré tu mente".

Una última estrofa que se descuelga del tono de las dos primeras y que será ignorada, como las anteriores, por nuestros políticos.

De ese gran acuerdo tan necesario como imposible según bajan las negras y turbulentas aguas de nuestra política española tenemos ya ejemplos que inducen al pesimismo. Y eso que estamos todavía en temas menores. Veamos, si no, ese acuerdo al que habían llegado los consejeros de Justicia de las comunidades autónomas y el Ministerio del ramo para habilitar agosto como un mes en el que recuperar parte del tiempo perdido por el confinamiento en ese mundo de la burocracia judicial hiperatascado. Pues bien, la iniciativa, que fue aceptada por todos, a propuesta del consejero del Gobierno regional del Madrid, del PP, ha sido bloqueada por la dirección nacional... ¡del PP!

Y esto, en un asunto inocuo, funcional, donde no interviene la ideología porque no es de derechas ni de izquierdas el desatascador que desatasque esa maraña ancestral y funcionarial que eterniza los plazos de la Justicia en España. Cuando entren en liza cuestiones vitales, según el panorama que pintan los analistas del futuro y se necesiten consensos y complicidades... ¡temblemos!

Y volvamos a Simon y Garfunkel de la mano de Alejandra Ferreiro: "El puente comunica, construye redes, abre espacios. El puente, en cuanto que une dos orillas, nace con vocación de permanencia. Y cuanto más antiguo es, más historia recrea y sabores acumula.

El puente permite el paso, salva un obstáculo, comunica. Si lo más característico del puente es la comunicación, interesa multiplicar o ensanchar los puentes, precisamente para aumentar las posibilidades de diálogo entre unos y otros". Pues eso.

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