Análisis

francisco correal

Rafa gana el Nadal en París

Hacía meses que el telediario no empezaba con una buena noticia, ésas que los saboríos dicen que no son noticias. Como Bahamontes en 1959, Rafa Nadal ha vuelto a conquistar París. 13 veces campeón de Roland Garros. Como las 13 Copas de Europa del equipo de sus amores, aunque su tío jugara y ganara una Copa de Europa con el Barcelona en Wembley. Ha ganado la edición más difícil. Con un millar de espectadores en la pista parisina, que son legión en estos tiempos de pandemia con estadios vacíos. Eso sí que es miedo escénico. El vacío sí que da miedo. Nadal ha doblegado a Djokovic y la bandera de España ha lucido en la habitación de su hotel en París, cuya alcaldesa es una gaditana, Anne Hidalgo, con familia en San Fernando. Ni PCR, que suena a Partido Comunista Revolucionario, ni estados de alarma, ni simonadas, lo que España necesitaba anímicamente era un triunfo como el de Nadal en Roland Garros. Y en vísperas del día del Pilar, con ese pañuelo a la cabeza como los heroicos figurantes contra las tropas napoleónicas de la película Agustina de Aragón que ponían en la tele de blanco y negro, la de Santana y Orantes, cada 12 de octubre. En A propósito de nada, la Autobiografía de Woody Allen, cuando el cineasta habla de lo mucho que hay que practicar para ser un buen saxofonista, escribe: "Soy como un jugador de tenis de fin de semana que se enfrenta a Federer y Nadal". Siempre me gusta anotar la fecha y las circunstancias en las que termino de leer un libro. Open es como tituló sus Memorias el tenista André Agassi. Lo terminé de leer el 14 de mayo de 2017 y detrás de esta fecha escribí: "Nadal ganó el Open de Madrid, el Madrid al Sevilla (4-1) y Antonio anunció su boda con Belén (29 de abril de 2018)". Antonio es mi sobrino. Un año después de la boda nació Alegría. El libro de Agassi está muy bien escrito y cuenta cosas tremendas, el odio que de niño el futuro tenista le profesaba al tenis por el empeño de su padre, boxeador olímpico en Londres 48 y Helsinki 52, como para negarse, en hacer de su hijo una estrella de las pistas. En el libro aparecen tenistas españoles: Alex Corretja, Albert Costa, Sergi Bruguera, Alberto Berasategui o Carlos Moyà, que en 1999 defiende el título de Roland Garros enfrentándose a Agassi en dieciseisavos de final. Elimina a Moyà, actual entrenador de Nadal. Año 2005. Escribe Agassi: "Voy a Montreal y me abro paso hasta la final, que juego contra un español jovencísimo del que habla todo el mundo: Rafael Nadal. No consigo derrotarlo. Nunca había visto a nadie moverse así en una pista de tenis". Ese fue el primer año que Nadal ganó Roland Garros. Tras la invasión napoleónica, España tuvo un rey francés, el hermano de Napoleón Bonaparte, Pepe Botella. Desde hace tres lustros, Francia tiene un rey español que todos los años cruza los Pirineos desde su Bailén de Manacor para conquistar París. Nadal ha reinado en la Quinta República Francesa con Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, François Hollande y Emmanuel Macron. El cuarto mosquetero se hizo presidente del Club Dumas. Al revés que el poema de Manuel Machado que se cierra con las palabras "…Y Sevilla", la aventura tenística de Nadal empezó en Sevilla, antes de las Navidades de 2004. Con 18 años, su participación fue decisiva para derrotar al equipo de Estados Unidos en la pista construida dentro del estadio de la Cartuja que diseñaron Cruz y Ortiz. París bien vale una misa y el tenis de Nadal es de precepto.

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