Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, MTV ha retomado uno de sus realities más teenagers y casposos, La venganza de los ex. Con el mismo hilo conductor, pero diferente escenario: han cambiado la playa por la montaña, en concreto por las montañas de Queenstown, en Nueva Zelanda. El planteamiento es el mismo: diez famosos personajes de realities acostumbrados a mostrar carne y vida íntima a partes iguales y sin escrúpulos, van a compartir sus vacaciones soñadas en un entorno paradisíaco. Qué lástima que, en vez de hacerlo con sus medias naranjas, tengan que hacerlo con sus ex. Antes era Ex on the beach, ahora Ex on the mountain; el caso es que el formato funciona, convirtiéndose en un reality bochornoso como pocos que no aporta nada y ante el que Gran Hermano se convierte en un auténtico "experimento sociológico", como decía la caída en desgracia (televisiva) Mercedes Milá.

Entre los protagonistas de esta nueva edición que acaba de arrancar el jueves hay de todo: algunos parece que querrán reconquistar a su antigua pareja, otros no quieren ni verla… Todo ello va a ir derivando -me temo- en un clima enrarecido que provocará celos, discusiones, enfrentamientos... y todavía el programa les planteará más problemas para que los humores se pongan más negros. El doblaje de las voces, por si fuera poco, deja mucho que desear, como ocurría en anteriores temporadas. Eso sí, la introducción de un narrador para ir contando cómo le va a cada uno es un acierto. En esta nueva edición se trata del rapero y ex de Khloe Kardashian Romeo Miller.

Después del batacazo de Adán y Eva (Cuatro) y El contenedor (Antena 3), La venganza de los ex intenta de nuevo normalizar los desnudos. Aunque, al tratarse del canal MTV, con un público joven muy definido, la experiencia se salda de forma completamente diferente. Eso sí, no contiene sexo explícito; en este sentido, hasta es más suave que GH. A pesar de todo, el programa resultó un éxito en anteriores entregas y no hay motivo para que ésta no vuelva a funcionar igual de bien, o más. Eso sí, en España los concursantes, (de encefalograma plano, por supuesto) son bastante desconocidos, lo que juega en contra en nuestro país en comparación con otros de Latinoamérica. También que los solteros ya saben que se reencontrarán con sus ex parejas, por lo que se elimina el factor sorpresa de la primera tanda de capítulos.

La venganza de los ex promete mal rollo, tortura psicológica y desbandada de lenguaje soez como siempre. Así que ¿por qué no verlo? Al menos ofrece lo que promete: la nada más chabacana y vacía de contenido.

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