Análisis

Roberto Scholtes

Cuando las bolsas pierden las referencias

Los mercados tienen la sensación estos meses de estar "volando a ciegas" sobre las estimaciones de crecimiento de la economía y de los beneficios y en qué nivel se estabilizarán finalmente los tipos de interés. Los culpables son varios factores que coinciden en el tiempo y se realimentan: la inflación subyacente sigue escalando, los bancos centrales no son capaces de señalar convincentemente hasta dónde deberán endurecer las políticas monetarias, mientras aumenta el riesgo de recesión.

Estos factores seguirán probablemente deprimiendo las valoraciones de las acciones hasta que se constate una inflexión consistente de la inflación subyacente que permita parar las subidas de tipos. Creemos por lo tanto que es prematuro aprovechar las últimas caídas para incrementar la exposición a las acciones globales. Primero convendría que las bolsas dejen de estar zarandeadas por los bancos centrales, y vuelvan a moverse al son de la economía y los beneficios.

Pero no es el momento de capitular ni de mantener una estrategia estática. Por un lado, hay que seguir de cerca a los indicadores que nos señalen con prontitud una mejora en las dinámicas inflacionistas para asumir más riesgos. Por otro, la magnitud y asimetría de los shocks económicos y financieros crean oportunidades de inversión. La más evidente está en la renta fija: ya se pueden obtener retornos superiores a la inflación media esperada en los próximos años en muchos bonos gubernamentales y corporativos. Y por supuesto, conviene volver a pescar en el sector financiero europeo, el gran beneficiario de los intereses más altos y que ya descuenta un fuerte aumento de la morosidad.

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