Análisis

Fernando Faces Santelmo Business School

¿Otra crisis financiera?

El colapso de Silicon Valley Bank (SVB) ha despertado el temor de que estemos frente a otra crisis financiera como la del 2008. Sería un epílogo terrible a la actual policrisis. Pero el colapso de SVB no es de la naturaleza y envergadura que Lehman Brothers. Tampoco tiene su capacidad de contagio global. No obstante, el pánico y el miedo han sacudido los mercados y desplomado las cotizaciones de la banca mundial. SVB es un banco de nicho, especializado en empresas tecnológicas (startups). Ocupa número 16 de EEUU. Tiene un volumen de activos de 206.000 millones de dólares. El impacto de su liquidación afectará a la los bancos regionales, no a los nacionales. El impacto global en las bolsas ha sido importante, pero todavía no en la confianza de los depositantes. No va a ocurrir en Europa, cuyos bancos están diversificados y capitalizados. Pero ha sido es un aviso a navegantes: bancos centrales por su agresiva política de subida del tipo de interés, gobiernos, reguladores y supervisores para que extremen el rigor y la prudencia.

El colapso de SVB ha sido debido a malas prácticas en la gestión del riesgo y al deficiente control y regulación de las autoridades supervisoras y monetarias. La muerte del SVB ha sido por problemas de liquidez ante la masiva retirada de depósitos. Aunque la causa profunda ha sido un gran un gran fallo en la gestión del riesgo de activos, lo cual ha generado problemas de solvencia y liquidez. También por una falta de control de los supervisores y por una regulación blanda e inadecuada. Desde hace un año los problemas de retirada de depósitos por encima de lo habitual eran evidentes, nadie actuó. La cartera de bonos a largo plazo era excesiva y carecía de cobertura ante las agresivas subidas de tipos de interés de la Fed. Los directivos creyeron que al ser bonos comprados para permanecer en el balance hasta su vencimiento, no precisaban de cobertura.

La subida de los tipos de interés provocó fuertes caídas del precio de los bonos. Estas pérdidas ni estaban reflejadas en el balance ni tenía ningún tipo de cobertura. Cuando en 2023 la retiradas de depósitos se multiplicaron, se vieron obligados a hacer liquidez vendiendo 21000 millones de la cartera del bonos a largo un plazo. Operación que dio una pérdida de 2500 millones de dólares. Simultáneamente se anunció una ampliación de capital para que la solvencia del banco no se viera afectada. Lo cual hizo perder la confianza de depositantes e inversores, provocando una gran fuga de depósitos y una suspensión de pagos. Las autoridades monetarias decidieron intervenir y liquidar el banco o encontrar un comprador, para evitar el contagio. El domingo, en una reunión de emergencia, las autoridades gubernamentales y monetarias , tomaron medidas extraordinarias para evitar el inminente contagio a otros bancos medianos y regionales. A partir del lunes todos los depósitos, de cualquier cuantía, quedaban garantizados. La secretaria del Tesoro y el presidente Biden comparecieron para garantizar la solvencia del sistema.

Hay lecciones del 2008 que todavía no se han aprendido. La desregulación financiera de Donald Trump se está cobrando su precio. Las expectativas de nuevas subidas de tipos de interés de los bancos centrales pueden verse afectadas.

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