Análisis

Francisco gonzález García

Aquellas locas pruebas olímpicas

Al igual que en muchas facetas de la vida todo tiene su cara y cruz, sus elementos positivos y negativos, y como las medallas tan apreciadas en los Juegos, un anverso y reverso. Pongamos como ejemplo al propio impulsor de los Juegos modernos, el inefable Pierre de Fredi, barón de Coubertin. Como varón (en este caso con v) decimonónico fue el rescatador del valor del deporte, de aquellos sports, pero de sports solo para varones (de nuevo con v). Jamás pensó que las mujeres pudieran competir en aquellas actividades deportivas y solo muy a regañadientes admitió su participación en algunas pruebas, aptas para las féminas. No sé si por ello habría que quitarle todos sus méritos y juzgarle por ello, ahora, se me antoja anacrónico.

Empero no vengo a comentar las debilidades de Pierre, sino a refrescar la memoria sobre algunas competiciones que cuando se anunció su inclusión en los Juegos de Tokio 2020 generaron cierta polémica. Recuerden que cuando se anunció que serían pruebas olímpicas el skateboard, la escalada en pared o el surf, hubo quienes lanzaron el grito hacia los cielos y aún más al saber que en París 2024 lo será el breakdance.

La inclusión de algunas especialidades obliga, en ocasiones, a eliminar otras o reducir su presencia. Lo cierto es que la repercusión de los Juegos es tal que hay multitud de deportes que pugnan por ser reconocidos por el Comité Olímpico y luego poder entrar en la lista de pruebas en los Juegos de verano. Algo similar ocurrió con las pruebas de los Juegos de invierno, ya hace años que se introdujeron pruebas como el esquí artístico, los descensos en tabla, etc, para acompañar a las clásicas de esquí alpino y nórdico. Cierto es que las pruebas de invierno son menos y el calendario es menos apretado. El verdadero problema de los Juegos de invierno es asegurar la nieve, tal como se está calentando el planeta.

Estas discusiones al introducir nuevas pruebas viene generadas por la necesidad de atraer a los jóvenes a la competición y, sobre todo, a que se hagan atractivas las retransmisiones televisivas, verdadero motor económico de los Juegos. No cabe duda que se estarán midiendo muy bien el seguimiento de los deportes nuevos en las audiencias para decidir si se siguen o no incluyendo esas pruebas.

No dudo que el baloncesto 3x3 resulta más atractivo que los combates de lucha grecorromana o libre, por mucho que la lucha sea unos de los deportes más (eso) clásicos de los Juegos. En otros casos la supervivencia de algunas pruebas puede ser muy discutida y puede basarse solo en la tradición. Y en esos deportes es donde se ha ido reduciendo el número de pruebas, como en hípica, pentalón moderno o pruebas de tiro. En todo caso la entrada y salida de pruebas ha sido una constante en la historia de los Juegos y eso no cambiará.

Buceando en la historia ya larga de pruebas podemos encontrar competiciones que hoy nos resultarían muy extrañas e incluso diríamos que algo cómicas o simplemente fruto de la tradición deportiva de sus años. Y cito solo algunos ejemplos. Desde 1900 a 1924 existió en las pruebas de atletismo, la especialidad de 'lucha a la cuerda; sí, aquello de dos equipos tirando de los extremos de una soga para llevarse el pañuelito a su lado… Esa competición quizás la podremos encontrar en muchas fiestas locales o en campamentos de verano, pero ¿por qué no la consideramos olímpica ahora?

Hasta 1928 (novena edición de los Juegos) se pueden encontrar competiciones y pruebas que ahora podríamos calificar de locas. Salto de altura sin impulso, salto de longitud sin impulso y triple salto sin impulso eran pruebas atléticas. Entre las pruebas de gimnasia se incluía el ascenso por una cuerda (de unos catorce metros) en el menor tiempo posible. Hubo pruebas de levantamiento de peso (la halterofilia actual) con una sola mano o con las dos manos pero sin ninguna categoría que diferenciara el peso de los halteras. La imagen que les ilustro es la del primer campeón olímpico, el inglés Lauceston Elliott, que posaba de tal manera en las postales de la época (¿tiene su encanto, no creen?).

Entre las pruebas de tiro se daban multitud de categorías según armas y el blanco hacia el que se disparaba. Se disparaba sobre blancos estáticos o en movimiento, figuras de jabalí o ciervo. En París 1900 una prueba olímpica fue el tiro al pichón, disparo sobre pichones de paloma vivas… se sacrificaron más de trescientos en la prueba. En esta prueba participaron mujeres, sin oposición del varón. ¿No estaban verdaderamente locos?

Recuerden, incluso yo mismo me equivoco, que ahora estamos en los Juegos de la pandemia, no en las olimpiadas. La olimpiada es el periodo de cuatro (¿O cinco o tres?) años entre unos juegos y los siguientes.

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