Análisis

fernando faces Santelmo Business School

Un plan sin consenso

El Consejo de Ministros aprobó ayer el Plan de Recuperación, y Transformación que se enviará a Bruselas. Un plan elaborado sin consenso y por lo tanto sin credibilidad. De los 140.000 millones que podría obtener del fondo europeo Next Generation EU depende la modernización y el destino de España en décadas. Es una oportunidad histórica que exige visión de Estado y unidad de los agentes sociales y políticos en su formulación. Sin consenso entre los agentes sociales, partidos políticos y administraciones públicas el plan carece de credibilidad ante Bruselas. Cuesta creer que en plena crisis pandémica y siendo el país que más ha sufrido de toda la OCDE , el Gobierno y los partidos políticos se estén dedicando a la confrontación, al insulto, a la amenaza y a la polarización. No es responsable ni comprensible que el Gobierno no se haya esforzado en negociar y consensuar las reformas estructurales que necesariamente deben de acompañar al plan de recuperación: la reforma laboral, la fiscal, la de las pensiones , la de las políticas activas de empleo y la de la administración pública .

El Gobierno sabe que el consenso político y social en torno a estas reformas es una condición necesaria para recibir la ayuda comunitaria. Bruselas exige una formulación estricta, y transparente de las reformas, con objetivos e hitos temporales. ¿Qué es lo que ha enviado el Gobierno en materia de reformas a Bruselas si no hay nada consensuado? La ministra de Hacienda hizo una declaración sorprendente: "El plan es una hoja de ruta indicativa" para negociar con los agentes políticos y sociales. Pero Bruselas no pide hojas de ruta indicativas, sino compromisos rigurosos, detallados y con fechas de cumplimiento. La reforma laboral se ha negociado tarde y está atascada con la oposición de la CEOE . La reforma de las pensiones está encallada con la oposición de los sindicatos. Y las políticas activas de empleo se enfrentan a la oposición de las autonomías y los sindicatos. El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a que la reforma laboral estará aprobada en 2021, la de pensiones entre 2021 y 2022 y la fiscal en 2022. La falta de transparencia sobre las reformas estructurales es total. Reformas que en el caso hipotético de que sean aceptadas por Bruselas se convertirán en un compromiso de obligado cumplimiento. La pregunta es qué cabe negociar con los agentes sociales y políticos tras este compromiso.

En Italia Mario Draghi ha presentado a la aprobación del Parlamento un plan de recuperación riguroso, detallado y transparente de 248.000 millones de euros,. Mario Draghi, a diferencia de Pedro Sánchez, aporta credibilidad y experiencia. Su acreditada personalidad ha logrado la unidad política y el consenso. La credibilidad de Mario Draghi es la piedra angular de la confianza de Bruselas y de los mercados internacionales. Italia presenta un plan con cuatro ejes fundamentales: reforma fiscal con reducción de impuestos (a diferencia de España), simplificación burocrática, aumento de la competencia y agilización de la Justicia. El plan de inversiones es similar al de España: digitalización, competitividad, transición ecológica, movilidad sostenible, formación e investigación... La diferencia está en credibilidad ante los socios europeos, credibilidad de la que España y su Gobierno, hoy por hoy, carecen.

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