Se librará algún día el Granada CF de tanto esperpento, bananerismo y cachondeo que le rodea? Piénsenlo bien. Ni en Primera ni en Tercera, el club se ha librado de episodios gacetísticos, cómicos y vergonzantes para quienes profesan el verdadero amor a esos colores y ninguno más. Desde las manifestaciones contra Pedro Ruiz, los arrodillamientos en el campo y los descensos administrativos, a las bolsas de basura de la época de Pina, o al robo de la caja fuerte de aquel partido contra el Barça, las denuncias de amaños. En los últimos nueve meses se ha vivido el culmen: el registro policial de la sede del club y desde que se supo ayer, el tema de los micros, las escuchas y las cámaras escondidas en los despachos de los directivos.

Con todo esto, me queda la esperanza de que el cupo de choteos con el club esté cubierto. Lo dije en la tertulia de la Cope, entre las risas de los Campoy, de la Chica y Albendín (¡dame un abrazo, hombre!). No les faltaba razón, pero me queda esa sensación. Ojalá se tire del hilo y se descubra quién está detrás de todo esto. Y si los trincan y los incriminan, que dejen de una vez en paz al Granada, sea quienes sean y tengan las intenciones que tengan. Porque en el fondo, querer saber a escondidas es querer tener el poder. Y el poder tiene una erótica que ciega a quien lo desea. Y tengo ganas de que a estos dirigentes les pueda ir bien, porque desde que están aquí, aparte de que en muchas ocasiones no lo hayan hecho bien, también es momento de dejarles trabajar, tener el panorama despejado, libre de lastres del pasado y dejarles intentar hacerlo bien. Cuánto daño hace recordar a la UDEF en Los Cármenes el pasado invierno. Ojalá esto sirva para limpiar esa nebulosa que es el 'entorno del club'.

PD: recuerdo que esta columna es opinión, no información.

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