La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

La verdad que encierran los veraneos

Saltos en paracaídas, imágenes campestres o los oropeles de la mansión de Marbella... ¿Son también mensajes políticos?

La verdad que encierran los veraneos

La verdad que encierran los veraneos / Fb

EL verano puede ser también un magnífico escaparate. Sobre todo desde que hay redes sociales, el verano y los veraneos encierran mucho más contenido y verdad de lo que pudiera parecer. Es un tiempo de aparente tregua, de salir en fotos, vídeos o historias mostrando esa cara amable, relajada, familiar, viajera, ligera de ropa o cultureta que da más pudor el resto del año. Sin caer en la ingenuidad de pensar que todo eso es espontáneo y real, incluso en el acto de intentar trasladar al mundo una impostada imagen de nuestros placeres, hay un rasgo de profunda sinceridad, la de decir lo que queremos ser o aparentar cuando no trabajamos.

A todo esto llego tras un pequeño ejercicio de tratar de recopilar en mi cabeza algunas de esas imágenes del ocio que nos han mostrado nuestros políticos este verano. Me pregunto si habrá alguna relación con lo que podemos esperar de ellos cuando empiece lo serio. Si encierran algo metafórico. Y descubro que al menos hay un estilo propio en cada uno, una definición que podría tener mucho que ver con el devenir y las intenciones de este nuevo curso político.

Algunos lanzan el título de una novela que acaban de leer como mensaje subliminal o aprovechan el argumento de una película para hacer sus paralelismos. También los viajes sirven para hacer comparaciones sobre lo que funciona en otros lugares. Esto es lo más básico y habitual. Pero a otros les va más el mensaje corporal, el contexto... la escena preparada. Y para eso el estío es idóneo.

Luis Salvador tuvo un inicio de verano de vértigo político. Fueron muchos días como alcalde casi en solitario, con su cara en los informativos de toda España por lo inédito del caso, enfrentado y abandonado por sus socios de gobierno del PP y sin la red bajo los pies de su propio partido, Cs, que ha llegado a expulsarlo en tiempo de récord Guinness. Y para mayor excitación, su acercamiento a un Partido Socialista del que salió hace años con pocos amigos. Es difícil para un político imaginar un escenario más parecido a estar en caída libre por el cielo, con la adrenalina disparada y el miedo, la valentía y la osadía mezclados en un combinado emocional. Salvador nos lo ha traducido así en agosto al rescatar en sus redes sociales un reportaje gráfico del salto con paracaídas desde un avión a 2.500 metros del suelo que hizo hace cuatro años. "Repetiría", dice ahora. Y no es de extrañar, porque ha demostrado estar preparado para las emociones fuertes. También puede ser un mensaje para quienes piensen que su reciente salto político es una caída libre. Parece querer decir que sí tiene un paracaídas.

La anterior delegada del gobierno en Andalucía, Sandra García, susanista hasta el último aliento, no parece muy animada a dar guerra al nuevo aparato socialista si en este juego de metáforas veraniegas tomamos en cuenta las imágenes de sencilla vida familiar y agrícola en su tranquilo pueblo de Alhama de Granada.

También la diputada de Vox Macarena Olona ha mostrado escenas granjeras en familia, con tractores y vacas alrededor, pero los mensajes que lanzaba no son tan pacíficos. Cualquier polémica veraniega es buena, incluida la de convertir a Lorca en votante de Vox.

Otra curiosidad para quien la tenga, han sido las imágenes que han circulado de una mansión marbellí, con muebles de época, lámparas de araña y dorados por doquier, donde la familia de un histórico político del PP se relajaba y festejaba este verano. Todo un símbolo de un estilo.

Pero la dirección actual de este partido, que acaba de sufrir un buen revolcón en Granada, con la pérdida de la Alcaldía en el pulso del 2+2 con Salvador, dice ahora que es un tiempo nuevo y que quiere romper con los oropeles. Parece que la vida estival de otros políticos del PP, como la consejera de Fomento, que cocina y juega a las cartas del Uno y a las palas con sus hijos en una playa como cualquier otra, es más adecuada para los nuevos tiempos que se presentan.

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