La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Aborto: votar muerte

Derecha, izquierda y centro defienden por igual el "derecho" al aborto libre por convicción o estrategia

En la presentación del Mapa de la Maternidad 2017 la Fundación Redmadre ha denunciado que en España se dedique una media de 7,6 euros anuales de ayuda por mujer embarazada y 24,5 euros por hijo a cargo para rentas inferiores a 11.574 euros, mientras que en Alemania el subsidio de maternidad es de 735 euros para cada embarazada y la ayuda por hijos a cargo de 194 euros mensuales y universal. El año pasado las administraciones españolas invirtieron 3,6 millones de euros para apoyar a las gestantes, lo que supone una reducción del 24% respecto al año anterior; financiaron el aborto con 34 millones de euros mientras sólo destinaron 3,6 millones para apoyar a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad: nueve de cada 10 euros para financiar abortos y sólo uno para apoyar a la mujer embarazada. El resultado es desolador: en España se producen 18,99 interrupciones por cada 100 embarazos, lo que el pasado año supuso 93.131 abortos.

Manifiesto desde aquí mi apoyo a Red Madre y mi acuerdo con Adolfo Suárez Illana, patrono de la Fundación, que dijo en la presentación: "Un error no se arregla con otro y mucho menos con uno que acaba siendo un crimen. No encuentro nadie más débil que quien no ha nacido todavía ni nadie más digno de recibir ayuda". Y con María Calvo, también patrona de la Fundación, que denunció "la venta del aborto como una liberación, cuando es un fracaso social".

Debería despenalizarse, añado, en algunos supuestos como un mal necesario pero nunca celebrarse con alborozo como la conquista de un derecho. Un feto no es una parte extirpable del cuerpo de una mujer. La gestante no tiene derecho sobre la vida y la muerte del feto. La genética ha demostrado que cada feto es un ser vivo único. Las ecografías han puesto cuerpo y rostro al ser al que se da muerte. Los anticonceptivos son seguros y están al alcance de todos. Fallan la educación sexual y la responsabilidad. Y se ofrece como solución de este fracaso el asesinato del feto.

Pasolini escribió hace 44 años que el problema no está en el aborto -que calificó de asesinato-, sino en el coito. Pero nadie quiso oírlo. Es una batalla perdida. La derecha, la izquierda y el centro defienden por igual el "derecho" al aborto libre. Es lo que la mayoría quiere, lo que los votantes quieren. Y esto es una razón tan democrática como la que permite la pena de muerte en Estados Unidos. Se puede votar muerte. Y se hace.

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