Parece mentira que algunos tengamos que seguir reivindicando continuamente que la Junta de Andalucía, ahora regida por el PP, deje ya de ejercer ese centralismo voraz que ha decidido ejecutar de manera aún más vehemente que sus antecesores socialistas, lo que ya es decir…

No voy a entrar en la lista de recentralizaciones imparables que Bonilla ha llevado a cabo desde que rige nuestros destinos autonómicos y desgraciadamente, en parte, también locales, pero sí voy a referir mi coincidencia absoluta con su compañero de partido, el malagueño Francisco De la Torre, alcalde de su ciudad desde hace 22 años, que ya está más que harto de ese "nuevo y absurdo centralismo" sevillano-andaluz.

¿Es que en esta desmesurada, inoperante e ineficaz autonomía no hay nadie más que el alcalde de Málaga que defienda a su ciudad y a sus gentes contra ese arrollador centralismo autonómico andaluz que debilita y/o aniquila nuestras instituciones? Se ve que no hay nadie, y que tampoco se le espera…

Los Ayuntamientos son la Administración más cercana al ciudadano, cuyas decisiones pueden recoger con más acierto las necesidades reales de los vecinos, pero estos nuevos monstruos administrativos que son las autonomías no hacen más que interponerse entre la gente y sus municipios, para complicarnos aún más la vida con su absurda e inútil burocracia, ralentizar las decisiones y optar por las soluciones menos consensuadas, y que casi nunca coinciden con las que los vecinos quieren y necesitan.

La descentralización autonómica efectuada en España, en la práctica, ha demostrado ser un fracaso, porque las autonomías, más que convertirse en servidoras públicas más cercanas a la gente que el Estado, no han alcanzado a comprender esa vocación de servicio público de toda Administración, y se han convertido exclusivamente en máquinas gigantescas de acaparar poder político y de crear puestos políticos, burocracia, administraciones instrumentales, agencias…, esto es, un edificio político descomunal al servicio de los políticos y no de las personas.

Granada y los granadinos estamos tan hartos como De la Torre de este nuevo y absurdo centralismo que ejerce con voracidad la Junta andaluza desde Sevilla, máxime cuando muchos aquí ni tan siquiera nos sentimos andaluces, pero tristemente, nuestros mandatarios locales parecen estar muy contentos con el status quo actual, ya que desde esta Granada abandonada y postergada sólo se oye el eco vacío del silencio de nuestros políticos.

Silentes regidores que callan ante el centralismo autonómico andaluz que fagocita nuestro futuro y nuestras esperanzas, que nos despoja de todo desde Andalucía, hasta de la aparentemente intocable autonomía local…

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