Acertar frente a un virus

El reto es ni pasarse ni quedarse cortos; es el desafío de los gobiernos. Difícil ecuación ante un virus

La alerta sanitaria internacional por el coronavirus COVID-19, de origen en China, está centrando los esfuerzos de las autoridades sanitarias internacionales, nacionales y autonómicas, al tiempo que está generando preocupación en la sociedad e incertidumbre y grandes pérdidas en los mercados bursátiles.

De nuevo estamos enfrentando una amenaza para la salud pública global con las lógicas incertidumbres que se derivan de un virus nuevo, capaz de producir enfermedad e incluso provocar muertes en las personas afectadas, parece que de forma más intensa en personas mayores con varias patologías previas. Un nuevo virus cuyo comportamiento en términos clínicos y epidemiológicos es difícil de pronosticar con precisión.

Es por eso que las respuestas de las autoridades sanitarias conllevan un margen de incertidumbre y condicionan la necesidad de aquilatar las decisiones para asegurar que los servicios sanitarios puedan actuar con la mayor solvencia posible procurando acertar cualitativa y cuantitativamente en los recursos a desplegar.

La respuesta asistencial por parte de nuestro Sistema Nacional de Salud es y será solvente y de calidad. El Gobierno y las Comunidades Autónomas hacen su trabajo con acierto y rigor. Y nuestros profesionales sanitarios tienen los recursos y la cualificación más exigente. Por este lado, hay motivos para la tranquilidad. Pero el reto es ni pasarse ni quedarse cortos; este es habitualmente el desafío de los gobiernos. Difícil ecuación ante un virus.

Por otro lado, los expertos en salud pública (los profesionales de la epidemiología y de la protección de la salud) tienen que aportar la información y los argumentos para que las decisiones de los gobiernos y el comportamiento de ciudadanos y empresas no conlleven consecuencias negativas e injustificadas a la economía. En este desafío, los medios de comunicación tienen una potencial aportación para contribuir a ayudar al acierto de las decisiones en la lucha frente a este virus.

Como vemos, estamos todos implicados en este objetivo común de conseguir vencer al virus con el menor coste sanitario, social y económico posible. Arrimemos el hombro.

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