Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Activistas, no anestesiados

No podemos callarnos por más tiempo ni permitir más atropellos como en el presente y el pasado

La dinastía socialista reinante en la Andalucía irreal durante 40 años y el actual Bonillismo recentralizador deben estar convencidos de que los granadinos, o tenemos una tragaderas muy grandes, o somos muy lelos, o estamos anestesiados, porque aguantar todo lo que aguanta esta tierra es impensable para otros territorios.

Pero, como los políticos electos por Granada, locales, autonómicos, y nacionales, que nos han caído en desgracia a los granadinos, no tienen complejos en defender sólo aquello que mejore sus nóminas, puestos, dietas o coches oficiales, la sociedad civil granadina no podemos confiar más en ellos, ni esperar nada de ellos, ni seguir aletargados ante tanta provocación que pasivamente llevamos aguantando décadas. Debemos pasar a la acción para erradicar en procesos electorales de futuro próximo a estos ineptos consagrados que ahora tienen nuestro destino en sus manos.

Los granadinos no queremos pues que el futuro de Granada dependa de señoritingos y paniaguados que llevan rigiendo nuestras vidas durante 4 décadas, empujándonos al abismo del desequilibrio territorial, de la pobreza, de la postergación, de la decadencia, mientras ellos practican el Ande yo caliente

Es por ello momento de actuar todos a una, de ser activistas por y para Granada, para impedir que tanto incompetente decida nuestro mañana como moneda de cambio de plazas más apreciadas que nuestra tierra.

Y el activismo granadino debe ilusionarse con la constitución de una nueva autonomía para Granada que nos libere por siempre del pesado yugo andaluz, para lograr el cada vez más deseado Granadexit, por la vía de la Constitución, o mediante la celebración de un referéndum para salirnos de esa Andalucía en la que nunca se nos debió incluir y que sólo existe por mor del inconstitucional y fracasado referéndum del 28-F.

El activismo es la clave de bóveda que debe impulsar a la sociedad civil granadina, esa que debe unirnos a todos transversalmente en la lucha por los derechos y libertades de nuestra tierra.

Es simplemente cuestión de justicia histórica, social, política y administrativa que Granada salga de Andalucía para discurrir por su propio camino, el camino de la autonomía que nos devolverá la posición perdida, usurpada por Sevilla, por su Junta, por el Ayuntamiento capitalino, por el Estado, y que nos ha causado tanta postergación y ostracismo.

Porque la sociedad civil granadina no podemos callarnos por más tiempo ni permitir más atropellos como en el presente y el pasado, porque ya no seguimos anestesiados, ahora somos activistas, y activistas por el Granadexit.

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