El lanzador de cuchillos

Adaristas

Somos uno de los pocos sitios en que miles de gilipollas salen a la calle a jalear a una pedorra de telebasura

Leo en varios periódicos, con estupefacción y pasmo, que, con motivo de la final de la última edición de Gran Hermano Vip, el sábado pasado tuvieron lugar numerosas concentraciones en distintos y distantes puntos de España en apoyo de las concursantes que optaban a la victoria. Según cuentan las crónicas, en las de Mila Ximénez y Alba Carrillo hubo mucha peña, pero la más multitudinaria fue la que acogió en la madrileña plaza de Callao a varios miles de 'adaristas' que pedían el triunfo de la exazafata de vuelo Adara Molinero. Al parecer, fue tal la cantidad de gente que se reunió en ese céntrico enclave de la capital de España, portando globos morados y al grito de "Madre mía, esta vez es la mía" -he googleado el porqué de esa consigna, y se trata, por lo visto, de una muletilla recurrente de la tal Adara- que la policía se vio obligada a intervenir para desalojar la plaza y disolver a la muchedumbre. Los guardias, que no respetan ya a nadie, osaron incluso pedir la documentación a una tía de la finalista y a un gachó que responde al nombre de Rodri y que participó también en una de las tropecientas ediciones del concurso de Telecinco.

Otro de los hermanos, el maestro Joao -al que, según una revista del colorín, el don de la adivinación le viene de atrás-, entró por teléfono en Socialité, que no es una think tank menchevique, sino una de las empresas auxiliares de la franquicia orwelliana de Mediaset, para explicar su excitante experiencia personal: "A mí no me pidieron la documentación, a mí me ayudaron a salir de allí; me ayudaron y de alguna manera también me sacaron porque realmente tampoco es que fuesen unos modales muy de cortesía. Hubo un momento en que llegué a pasar miedo". El maestro Joao te lee el futuro en los pliegues del culo, pero ni es Castelar ni tiene madera de CDR.

El año que viene se cumplirán dos décadas de la llegada de Gran Hermano a la televisión española. Será también el primer año en que el programa deje libre su hueco en la parrilla de la cadena de Berlusconi y el Grupo Prisa, al haber cancelado la dirección la edición de GH Dúo que tenía prevista para febrero, tras el estallido de un caso de abuso sexual y la consiguiente espantada de anunciantes, en un ejercicio notable de hipocresía.

Somos el país de Europa donde la marca Gran Hermano mantiene intacto su tirón entre la audiencia. Uno de los pocos sitios del mundo en que miles de gilipollas son capaces de tirarse a la calle a jalear a una pedorra de la telebasura. Cuando lleguen los del ISIS nos van a pasar a todos a cuchillo. Empezando por Jorge Javier.

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