Adiós Sahara, adiós

Para ser socialista lameculos de Sánchez hay que negar que le hemos dado una patada, ahí mismo, a los saharauis

Todos sabemos que Marruecos es una democracia plena, con libertad para criticar a quien se quiera, incluso al monarca; sus cárceles son un modelo y cualquier preso español no tendría problema en pasar su condena en ellas; las mujeres en Marruecos son libres y sus derechos están respetados, en absoluto hay matrimonios concertados y los niños adoran permanecer en sus casas.

Todos sabemos que Marruecos es un país amigo de España, jamás nos ha reclamado nada y los habitantes que viven próximos a Ceuta y Melilla van allí por puro placer y de turismo; ni se les ocurre usar sus servicios médicos, por ejemplo, pues en Marruecos la sanidad es excelente. Tampoco mandan a ningún estudiante a España, salvo por capricho de algunas familias. Gobiernos y reyes de Marruecos jamás han dicho nada sobre la soberanía de esas ciudades españolas, ni sobre las Islas Canarias.

Marruecos nunca ha construido ningún muro al sur de su frontera y siempre ha respetado los derechos de las personas que por allí vivían y que antes, desde 1958 provincia española y por azares del destino, tenían la nacionalidad de sus queridos amigos del norte; españoles para más señas. Marruecos jamás ha matado a nadie, ni detenido a nadie en aquellas tierras, simplemente se las encontró vacías cuando Franco las dejó abandonadas porque se estaba muriendo y la Legión ya no quería estar por allí de vacaciones. Y para allá se fueron 300.000 pacíficos marroquíes con carabinas de juguete en la mano. El por entonces príncipe y luego Rey pensaría que era mejor no enemistarse mucho con sus fraternales primos del sur.

Decir que todo lo anterior es falso (salvando lo de provincia española) solo sería atribuible a una monstruosa confabulación de la ultraderecha fascista y pagada por Putin y movilizada por los camioneros que quieren joder al Gobierno de España.

Todos sabemos que para ser progresista, feminista, ecologista y socialista lameculos de Sánchez hay que afirmar que todo lo anterior es verdad y negar que le hemos dado una patada, ahí mismo, a los saharauis. E igualmente sabemos que los aún más progresistas, feministas, ecologistas y comunistas de todos los lados se tragaran la patada en el culo a los saharauis porque les importa más tener sus respectivos culos sentados en el Gobierno. Probablemente en Ceuta, Melilla y Canarias ya estarán quemando el pasaporte español para pedir el de Marruecos, puede resultar más fiable. Vale.

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