Tengo que reconocerlo. Lo que personas con tanta experiencia como años me decían hace una década, ahora tengo que asumir el mismo pensamiento triste que se traducía en un no veré de nuevo al Granada CF en Primera División. Mi optimismo y mi esperanza se desvanecen por momentos cuando leo que de nuevo aparece en escena el ex presidente Pedro Ruiz para dirigir la nave rojiblanca. Y hablar de nave significa, para mí, hablar de hundimientos, de zozobras y de ahogamientos.

Entonces, no tengo más remedio que recordar a Paulo Coelho cuando escribía: "Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él". Creo que en estas palabras está la explicación de todos los problemas granadinistas. ¿Quién ha intentado reflotar al Granada CF? ¿Quién no lo ha sumergido más con nuevas deudas? ¿Quién no ha utilizado al club para intereses personales? Lo increíble de esta película de horror que se está a punto de vivir es que por razones profesionales el abogado que iba a sacar al Granada CF de los infiernos ganando la partida del antiguo campo de Los Cármenes ahora aparece de la mano de quien trae una pesadísima ancla que puede hacer que el club de Recogidas permanezca para siempre en el fondo de los mares de la inoperancia, entre otras causas gracias a que muchos de los licenciados en derecho que han pasado por la directiva rojiblanca han estado más preocupados en hacer fichajes y largar entrenadores que en defender jurídicamente los intereses rojiblancos.

Por cierto, los aplaudidores que antaño reían las palabras de Ruiz, ¿volverán con él?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios