Aire

Granada acompaña a Madrid en la lista de ciudades más contaminadas, pero algunos políticos son negacionistas

Cuando los presos que ocupaban los calabozos de la Chancillería habían cumplido su pena los carceleros les gritaban "¡aire!" para urgirles a salir. La Academia recoge este uso del término (como interjección que incita a que alguien despeje el lugar donde está). Tendríamos, pues, una curiosa explicación de por qué una calle que baja hasta Plaza Nueva recibe ese enigmático nombre: Aire.

Aquellos presos inspirarían, al dejar la prisión, una larga bocanada de aire (entendido ahora como el gas que constituye la atmósfera terrestre, formado de oxígeno, nitrógeno y otros componentes como el dióxido de carbono). Últimamente el aire lleva más dióxido de carbono (CO2) del que solía. Según el consenso científico, tal situación es resultado de la acción humana y tendrá consecuencias devastadoras si no se remedia. Ambas afirmaciones las niegan unos señores, llamados por ello "negacionistas", que han ido a Madrid a llevarle la contraria a la Cumbre del Clima. Como Madrid tiene mal aire, los negacionistas pegan más allí, en realidad, que la Cumbre del Clima.

Los negacionistas se dan mucho aire (muchas ínfulas), pero tienen pinta de vendedores de aparatos milagrosos para la cocina. Sin embargo, la verdad importa. Por eso aviso de que la historia de antes sobre el origen del nombre de la calle, aunque curiosa, es inventada. El nombre deriva realmente al chorro de aire que circula con fuerza por la callejuela, debido a su estrechez. "Aire" es aquí sinónimo de "viento" (otra acepción). Los negacionistas confiarán en que sus palabras se las lleve el viento, porque ellos no avisan de que son falsas. Mientras, viven del cuento: venden aire. Merecerían dormir en los calabozos de la Chancillería.

Granada acompaña a Madrid en la lista de ciudades más contaminadas, pero algunos políticos locales son negacionistas en la práctica: quieren ampliar la superficie esquiable en la Sierra, prolongar la circunvalación, multiplicar las luces navideñas y meter un túnel bajo la ciudad. Los negacionistas de Madrid y Granada comparten un aire de familia.

El otro día, una concejala y dos concejales de nuestro Ayuntamiento, Cabrerizo, Cambril y Puentedura, propusieron un paseo peatonal verde que recorrería Granada. Este paseo mejoraría el aire que respiramos. Dicen que van a presentar la propuesta y que esperan que todos los grupos la apoyen. Si hay acuerdo, nuevos aires habrán llegado a la política granadina. Si no, deberíamos incitar a ciertos próceres a que despejen el lugar que ocupan: ¡aire!

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