Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Amnistía y referendum

Aragonès ha vuelto a ridiculizar a Sánchez al exigirle, tras los indultos, lo que el Estado no puede conceder

El primer encuentro de Sánchez con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonês, empezó con la conocida exigencia del independentismo catalán de no renunciar, en ningún momento, pese a los indultos, a sus tesis máximas, sin rebajar siquiera las formas: amnistía y un referéndum de autodeterminación para la independencia de Cataluña, insistiendo en detener lo que ellos llaman la 'constante represión' del Estado, incluyendo la del Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas -que pide la devolución de más de seis millones a los responsables del 'procés', gastados ilegalmente - y el regreso de los llamados 'exiliados'. Ha sido muy claro Aragonês en su rueda de prensa en los temas básicos, mientras que la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, pretendía salirse por la tangente, con temas de financiación y otros asuntos secundarios, obligando a los periodistas a decirle a la señora Montero que, escuchando las declaraciones de uno y otra, parecían hablar de reuniones distintas.

Ha habido, sí, un acuerdo: la mesa de 'diálogo' para tratar de estos asuntos clave para Cataluña y, por supuesto, para España, se celebrará -en Barcelona, claro- en la tercera semana de septiembre. Sánchez, una vez más, ha quedado en mal lugar si esperaba que sus perdones y sus concesiones a los secesionistas catalanes -como lo ha vendido a los españoles- iban cambiar la hoja de ruta independentista, a través de un 'diálogo' beneficioso para catalanes y el resto del país, cuando lo único conseguido es que ERC y los independentistas, incluyendo a los vascos, reclamando ya su nación, incrementaran su fuerza y su presión a un Estado débil, como lo llamó Junqueras, no yo. No se espera que los catalanes cedan un ápice en sus exigencias, mientras Sánchez sabe muy bien que, sin traicionar al Estado y a la Constitución, no puede darles lo exigido, incluyendo el referéndum de autodeterminación. Por eso esperará ganar tiempo para lograr mantenerse lo que pueda en el poder, sin traspasar esas imposibles líneas rojas, pese a pintarlas sólo de rosa. Por eso es triste decir que los veteranos comentaristas, que venimos contemplando la realidad española, desde la nefasta dictadura franquista hasta hoy, creamos más en las palabras de Aragonês que en las de Sánchez.

Mientras llegan esos diálogos y vemos las concesiones del único dispuesto a hacerlas, me tomaré las acostumbradas largas vacaciones veraniegas, donde seguiré, desde lejos, los acontecimientos de esta España convertida en un muñeco de trapo de la que algunos tiran de sus piernas, brazos o cabeza sin importarles los gritos del pobre muñeco, mientras los fanáticos analfabetos de unos u otros jefes tratarán de vociferar más para que no se escuchen sus llantos. ¡Felices vacaciones!

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