Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

Amor de repostería

¿Cómo sobrevivir a la sobreinformación de la emergencia climática e investidura? Con azúcar

Antes, el amor sólo se hacía en las películas. Y no siempre implicaba la interacción con otra persona, con ingreso y egreso, porque hacer el amor también significaba pelar la pava o cortejar, sin mucha inversión corporal. La palabra follar, mucho más precisa, aludía a una actividad de mayores. Los niños y niñas, como los poetas, sólo hacíamos el amor con palabras. Luego, abominamos de la expresión hacer el amor por cursi y manufacturera. Sí se hace una casa o una vasija de arcilla. También se hace la guerra. No el amor. La palabra follar conserva aún su carácter agresivo e impúdico y tiende a sustituirse con eufemismos opacos, como hacérselo. Mujeres liberadas comenzaron a usarla por los 80, pero en su boca sonaba poco natural, como a sobreactuación y a plagio del habla de los varones. En el Facebook, se folla poco, pero sí se pela la pava en sus rejas virtuales. Aunque en algún momento hay que personarse, visibilizarse, como se dice ahora, en cuerpo y alma. En estos encuentros cara a cara, flores y gollerías son el caballo de Troya que te permite colarte en el corazón de hombres y mujeres. La Thermomix ayuda mucho. Últimamente lo peto con mi tarta de Santiago. La receta es extremadamente fácil para este robot de cocina. Y bastante barata, para lo provechosa que resulta. He echado las cuentas, con Fran, mi frutero de La Zubia, y sale la tarta a 4 euros. Ingredientes: 250 g de azúcar, 250 g de almendras, 4 huevos y la cáscara de un limón, sin lo blanco. Modo de hacerla: Horno a 180º, calor arriba y abajo. Pongan el azúcar en el vaso de la Thermomix. Trituren 30', progresivamente, velocidad, de 5 a 10. Reserven unos 15 g de azúcar triturada para decorar la tarta con la cruz de Santiago. Añadan la cáscara del limón: velocidad 10, 30'. Echen los huevos y batan durante 10 segundos a velocidad 4. Añadan las almendras crudas y peladas y tritúrenlas 10', velocidad 8. Viertan el contenido del vaso en un molde de aluminio de 24 centímetros. Horneen entre 25' y 30'. Recorten una cruz de Santiago (está en Internet), pónganla sobre la tarta y espolvoreen con el azúcar del cubilete. Esperamos a que se enfríe y nos comemos un buen trozo de tarta, para pasar lo del cambio climático y lo de la investidura. Lo cantaba Mery Poppins: con un poco de azúcar, entra mejor la píldora que nos dan.

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