NO ha supuesto novedad, sino confirmación, la noticia producida durante la comparecencia en el Parlamento andaluz, en el pleno de inicio del curso político, de la consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta, Carmen Martínez Aguayo: Andalucía se dispone a pedir el rescate. Ya hace varias semanas el Gobierno andaluz, tras dibujar un escenario realmente dramático en su situación financiera, había adelantado su propósito de acogerse al mecanismo impulsado por el Ejecutivo nacional para que las comunidades autónomas con dificultades para afrontar el pago de sus deudas lograsen un respiro. Se trata del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), cifrado en alrededor de 18.000 millones de euros, cuya puesta en marcha definitiva promete estar lista para primeros de octubre. Martínez Aguayo ratificó anteanoche que con el crédito bancario prácticamente cerrado la Junta está dispuesta a acudir a los instrumentos que garanticen la obtención de créditos a precios razonables. Entre ellos se encuentra el FLA, al que ya se han acogido las comunidades de Cataluña, Valencia y Murcia, que figuran entre las más endeudadas de España. La Junta ha dado, pues, el paso desde el punto de vista político, aunque el presidente y la consejera insistieron en que quedan por conocer las condiciones del préstamo que a va a requerirse antes de concretar la petición. Es de destacar que el Gobierno autonómico mantiene en pie su reivindicación de que este fondo no se limite al pago de la deuda financiera, ya que de esa forma se beneficiará precisamente a las autonomías más endeudadas en perjuicio de las que presentan mejores resultados en su gestión. También es razonable la demanda, hasta ahora insatisfecha, de que el Gobierno conceda un anticipo a cuenta del FLA, como se ha hecho con otras comunidades, ya que los problemas de tesorería se agravan y la Junta se encuentra con notables obstáculos para atender servicios y pagos perentorios.

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