mirada alrededor

Juan José Ruiz / Molinero

Ángel Cobo, la memoria de Martín Recuerda

LA muerte del escritor y director de teatro Ángel Cobo ha dejado huérfana la Fundación Martín Recuerda y el museo que con tanto cariño montó para mantener viva la memoria del dramaturgo más importante que ha dado las letras españolas contemporáneas. Cobo ha sacrificado su vida y su labor escénica, primero, para cuidar al hombre que eligió Salobreña para su retiro final y, después, para trabajar incansablemente para que su legado, su obra, sus aportaciones vitales a la dramaturgia española no se diluyeran en el olvido. Él, como muchos otros, entre los que me encuentro, estábamos convencidos de que Recuerda no sólo era una gloria local, regional o incluso nacional, sino un referente para el teatro mundial que podía cotejarse -lo he dicho y lo repito siempre que puedo- con las grandes figuras internacionales, desde Beckett a Ionesco.

Martín Recuerda es un faro que ilumina los caminos de todas las generaciones. Es el teatro mismo, la rebeldía, la visión de la España sin careta que señalé en alguna ocasión y que sirve para la España de ayer y la de hoy. Desde La llanura a Las Arrecogías hay un cúmulo de obras, de sensibilidades, de valientes denuncias y profundos análisis de nuestra realidad histórica y humana. Ángel Cobo trabajó duramente por publicar las obras completas del autor, impulso la Fundación y dirigió el Museo de Salobreña, consiguiendo que se creara un importante premio teatral con el nombre del autor de Amadís de Gaula. Fue, en fin, el bastón y el alma donde se sostuvo Martín Recuerda y que si la muerte no hubiese detenido esa devoción podíamos esperar muchas importantes iniciativas para mantener viva la memoria y la actualidad del genial autor granadino y universal.

La mejor manera que habría de honrar a Ángel Cobo es mantener todo por lo que él luchó: la Fundación, el museo, los premios, las iniciativas para convertir a Salobreña en lugar de encuentros y proyecciones de los profesionales de la literatura y del teatro de todas las latitudes. Ni su desaparición, ni los cambios políticos en las instituciones ni siquiera la crisis puede arruinar y silenciar el ingente esfuerzo de Cobo, cimentado sobre el poderoso pilar de la obra imperecedera de este genio de la dramaturgia que fue José Martín Recuerda, que nació en el barrio granadino de la pescadería y que murió en la colina de Los Almendros de Salobreña, no sin dejar entre las secas cañas del camino de la vida una obra que ha dado la vuelta a España y al mundo, sorprendiendo a los que han tenido la oportunidad de acercarse a ella en profundidad, respeto y admiración. Es un reto que esperamos cumplan todos -Administraciones incluidas-, conscientes de que la sociedad así se lo demandará.

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