HAY quienes dan por perdido el año recién comenzado, entre ellos Rajoy, que considera que seguiremos en recesión, y, con suerte, con una muy pequeña recuperación final; mientras, seguirá creciendo el desempleo, se privatizarán servicios esenciales y pagaremos más por todo. Lo escribe Antón Costas: "2012 quedará en nuestra memoria como un año de pérdida de autoestima y esperanza. Y también de miedo al futuro. La política de los gobiernos ha fomentado esa desesperanza y temor". De ahí que hablemos con susto de 2013; está ya descontado. Y, sin embargo, añade que Roosevelt dijo, en medio de la Gran Depresión del 33, que "a lo único que hay que temer es al miedo". Lo tenemos porque vemos que los gobiernos ni aciertan en el diagnóstico de lo que pasa ni dan con la solución.

Necesitamos recuperar la confianza y apostar por hacer cambios, sin más recortes; los augurios no son buenos, pero hay que pelear por otro futuro. La Política debe recuperar el papel que le corresponde y cambiar el rumbo, como siempre ha ocurrido en época de crisis. Hace falta una Política autónoma, sin subordinación a ningún otro interés que no sea el general de la ciudadanía.

Nada de lo que nos pasa es inevitable. También se ha escrito: "El déficit público y la deuda no son causa de la crisis, sino su consecuencia inevitable". Busquemos fórmulas para solucionarlo, sin que sea a costa de la salud ni del bienestar social; si hemos conseguido tener una sanidad pública que es la envidia del mundo, lo que toca ahora es preservarla, hacerla más eficiente y menos costosa, pero no desmantelarla para que otros la gestionen y se lucren con ella. Si la igualdad de oportunidades nos había permitido acceder a una educación pública que favorecía el acceso a todos, mantengámosla, con las reformas que sean necesarias; si hay que reordenar la Administración, hagámoslo; todo tiene remedio, si los gobiernos comprenden que el beneficio no es la única regla por la que transitar. El presidente Griñán repite: "sólo con austeridad no vamos a mejorar. Es un error que nos va a llevar a una sociedad más insolidaria". Saldremos de la crisis, espero que incluso en este 2013, consiguiendo que los retrocesos económicos no sean irreversibles y que los derechos personales sí lo sean. No todos han vivido por encima de sus posibilidades, pero es la ciudadanía más vulnerable la que está pagando los platos rotos y esto no es justo.

No nos resignemos.