Apoyar a La Palma

Hay que evitar que cuando se apague el volcán, se apaguen también las cámaras de televisión

Aunque hay que ser aún muy prudentes, parece que el volcán de Cumbre Vieja comienza a dar signos de entrar en una fase de letargo y de que puede estar cerca el fin de las erupciones de lava.

Ojalá se confirmen estos augurios que trasladan los análisis expertos y en breve se pueda asistir a una vuelta a la normalidad en lo que se refiere a que deje de haber nuevas erupciones y, por tanto, que no haya nuevos daños económicos y sociales.

Está claro que esta situación ha puesto en el centro de atención a los habitantes de la isla que están sufriendo las durísimas consecuencias de este fenómeno tanto en el ámbito emocional (perder sus casas, sus trabajos o incluso los cementerios en los que estaban sus familiares es algo tremendo), como en el ámbito económico.

Una vez que se pudiera definir que el volcán entra en un estado de tranquilidad sin que aparezcan nuevas erupciones, se abriría una etapa (el posvolcan) en la que hay que avanzar en la reconstrucción. Todo esto requiere un enorme ejercicio de solidaridad institucional que haga posible que desde el Gobierno de España y el de Canarias, se ofrezcan respuestas validas que ayuden a recuperar el pulso a los habitantes de la Palma.

En mi opinión es clave mantener constante la atención social sobre La Palma e involucrar al conjunto de la sociedad para poner en marcha planes de respuesta que permitan recuperar en el menor tiempo posible la plena normalidad aunque sea en el marco de una "nueva mortalidad". La combinación de esfuerzos conjuntos entre los gobiernos nacional y autonómico y la propia sociedad de La Palma es lo que puede hacer que se implanten soluciones viables y sostenibles.

Hay que evitar que cuando se apague definitivamente el volcán, se apaguen también las cámaras de televisión, los micrófonos de la radio y se esfumen las páginas de los medios escritos haciendo desaparecer de la actualidad este enorme problema que no es solo un problema de La Palma. Es un problema de España porque sin solidaridad es difícil construir y conseguir un futuro digno.

Si somos conscientes de la trascendencia que para todos tiene el que seamos capaces de sacar adelante y superar juntos los problemas generados por el volcán de La Palma, el futuro será el que merecen nuestros conciudadanos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios