Árbitros venales

'Blanquear' a Fernández Díaz el día antes de la declaración de Forcadell ha dado munición a los soberanistas

El público suele irritarse cuando los jueces deciden algo que le parece injusto. Hay ejemplos polémicos diarios. Los de estos días se refieren a Fernández Díaz, Alonso y Maroto. Cuando ocurre algo así en el fútbol, le gritan al árbitro "¡vendido!". Pero sin necesidad de que se venda, se tiene la impresión de que en caso de duda pitará a favor del equipo poderoso. Por eso resulta coherente que a los jugadores de los grandes clubes les moleste el uso de la televisión para resolver jugadas discutibles: ¿para qué una interpretación objetiva si ya les va de perlas con la subjetiva?

Se ignora si tuvo dudas la Sala del Supremo que no ha admitido la querella de la antigua Convergencia contra el ex ministro del Interior por revelación de secretos, prevaricación y malversación. Las conversaciones grabadas en el despacho de Fernández Díaz demuestran que el ministro intrigaba contra sus adversarios políticos. Que fuese delito o no, es lo que debían dilucidar los jueces. El Tribunal lo elude con dos excusas. Que el ministro y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña fueron grabados a escondidas y que no se sabe si las grabaciones fueron manipuladas. Pero tampoco encargan a la policía científica que lo aclare.

En el inconsciente colectivo, triunfa la doctrina Pacheco. Por decir que "la justicia es un cachondeo" el ex alcalde de Jerez Pedro Pacheco fue procesado y absuelto en 1988. Aunque el Supremo le condenó a cinco años de prisión en 2014, por enchufar en empresas municipales a dos de sus asesores. (Con ese baremo, cientos de políticos tendrían cadena perpetua). Ha sido inoportuno que el blanqueo a Fernández Díaz ocurriese el día antes de que la presidenta del Parlament tuviese que declarar por desobedecer al Constitucional y permitir un pleno para debatir la independencia. Eso es darle munición a los soberanistas, que han aprovechado para hacer propaganda y sacar en procesión a Carme Forcadell en loor de multitud, camino de su calvario en el TSJC.

Otra decisión judicial controvertida la ha tomado la sección de enjuiciamiento del Tribunal de Cuentas, con dos de los tres jueces propuestos por el PP. Y una concreta, Margarita Mariscal de Gante, ex ministra de Justicia con Aznar, que quizá debió inhibirse. La sección ha exonerado al ex ministro Alfonso Alonso y al vicesecretario del PP Javier Maroto de una condena en primera instancia por perjudicar las finanzas de Vitoria, en donde ambos fueron alcaldes.

Casos que cultivan la convicción popular de que los árbitros en caso de duda se equivocan a favor del campeón. Casi siempre.

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