crónicas levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

Arriba y abajo

LOS ricos están hartos de los pobres; la dialéctica marxista retorna, pero a la inversa. Artur Mas, el hombre que parecía de plástico, ha enseñado su mandíbula de titanio. "La España del norte se ha cansado de la España del sur" como "la Europa del norte se ha cansado de la del sur". Con una sola frase, el presidente de la Generalitat ha fulminado uno de sus grandes argumentos: la integración de Cataluña, como Estado soberano, en Europa ya no es posible, porque la UE también se disuelve por el hartazgo de los ricos hacia los pobres. El simplismo caracteriza a los nacionalismos, y España es el capítulo final de Arriba y abajo. Todo es engañosamente fácil: como si un andaluz no pagase los mismos impuestos que un catalán cuyas rentas fuesen iguales. Pero sobre el individuo pesa el barrio, y en el suyo -y es verdad- hay mayores rentas que en el nuestro. En los hospitales públicos, donde aún se practica la mejor medicina, se podrían clasificar las habitaciones en función de los impuestos que pague el paciente. A ti te opero con bisturí; a usted le hago la laparoscopia: así, las balanzas fiscales se equilibrarían gracias a la separación entre las plantas de arriba y las de abajo. La izquierda, antes que la derecha, supo romper con el nacionalismo, por lo del internacionalismo. ¿Dónde está la catalana? Anoche no vi Los santos inocentes. Me daba pena; a Mas, fatiga.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios