Asoman nuevas profesiones

Tenemos la posibilidad de repensar y reformar nuestros sistemas educativos para que sean mejores

Cada vez está más presente en la actualidad informativa y en las tertulias ciudadanas en la calle la problemática que las nuevas tecnologías, la robótica y la inteligencia artificial generan, en relación a preparar nuestro sistema educativo hacia la necesidad de definir y desarrollar estrategias formativas y empresariales para dar cabida a las nuevas profesiones que asoman en el horizonte.

Creo que este es uno de los desafíos más relevantes que tiene la sociedad porque parece imparable el relevo de tiempo de trabajo de las personas por la automatización. Un relevo que, en general, es muy probable que traiga mejoras en la productividad, en la economía y en el bienestar. Pero, también, un relevo que abre interrogantes sobre las relaciones en la sociedad y sobre las condiciones laborales de los profesionales.

Yo creo que estamos ante una enorme oportunidad. Tenemos la posibilidad de repensar y reformar nuestros sistemas educativos para que sean mejores y ayuden a una transición positiva para la sociedad en el ámbito profesional y empresarial.

La universidad y la empresa tienen que redoblar esfuerzos de comunicación y de cooperación para nutrirse mutuamente y adecuar las plantillas de profesionales a las nuevas posibilidades que ofrecen y ofrecerán las nuevas tecnologías y conseguir un salto en modernización de nuestro modelo productivo y en bienestar general.

Este proceso debe hacerse con una mirada amplia y con una gran esfuerzo de generosidad que implique a toda la sociedad. Será más acertado el camino a recorrer si implica también al talento de las generaciones mayores con el de los jóvenes.

Y resulta imprescindible asegurar que el trabajo se reparte con criterios de justicia aprovechando las mejoras en productividad para ganar en tiempo libre; algo que generará más oportunidades para la vida personal y nuevas áreas para la economía del ocio y algo en lo que los sindicatos deben estar presentes con protagonismo.

Una vez se normalice la vida institucional en España estoy seguro que este será un asunto de la agenda política y social. Un asunto que requiere una mirada ética y un enfoque de equidad social si queremos aprovechar esta oportunidad como motor de cambio hacia una sociedad mejor.

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