Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Aval real

Si el Rey viaja a Croacia para avalar una infraestructura estamos ante algo trascendente que está pasando en Granada

Cuando hace apenas diez años le decías a alguien que el futuro de Granada pasaba por la ciencia y la innovación te miraba con ese gesto característico que algunos asocian a la malafollá. Granada estaba resignada a vivir del turismo y de los servicios en general. Sin embargo, esa percepción está cambiando. No hay que ser muy perspicaz para advertir que asistimos a un cambio acelerado en el modelo productivo. El turismo, el comercio o la agricultura continuarán siendo motores de la economía granadina pero el gran motor de presente y futuro es la ciencia y la innovación.

La semilla se sembró con el Parque Tecnológico de la Salud y la industria biosanitaria. A partir de ahí, se ha diversificado hacia las tecnologías de la comunicación y la información, la inteligencia artificial o las energías renovables. Son sectores distintos con un elemento en común: se sustentan en la investigación científica. Para ello, tenemos nuestra propia fuente de energía, que es la UGR. Una de las mejores universidades de Europa en estos ámbitos, con investigadores internacionalmente reconocidos y que egresa año tras año a profesionales cualificados. La Universidad se ha imbricado en todos los proyectos en marcha, públicos o privados, y ha generado un círculo virtuoso. Cuando se tenga perspectiva, se valorará como un cambio histórico su aportación al desarrollo de Granada en estos años. Hemos tardado cinco siglos en tener a una mujer como rectora, pero tras su gestión en estos dos mandatos resulta evidente que hemos acertado de pleno.

Lo mejor, en cualquier caso, es que queda mucho camino por recorrer. Ya hay realidades tangibles: empresas buscando ingenieros para aumentar sus plantillas, grandes tecnológicas como Indra o Google con proyectos aquí o nuevos edificios en marcha. Pero el potencial de crecimiento es enorme. El Ifmif-Dones o los centros de desarrollo de Inteligencia Artificial tienen un horizonte largo. En este sentido, quizás no somos conscientes de lo que significó la firma del memorando Ifmif-Dones en Croacia la semana pasada. La ministra de Ciencia del Gobierno de España, Diana Morant, firmó el acuerdo con Croacia junto al Presidente de la Diputación, el alcalde de Granada o 14 embajadores. Pero lo más relevante es que allí estaba el Jefe del Estado, el Rey de España, para dar su aval. Sin ser un experto en fusión nuclear como fuente de energía o en el funcionamiento del acelerador de partículas podemos entender que si el Rey de España se desplaza a Croacia para avalar una infraestructura científica estamos ante algo trascendente que está pasando en Granada.

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