la ciudad y los días

Carlos Colón

Avisos y síntomas

EL disparate del Sindicato Andaluz de Trabajadores al asaltar un supermercado, forcejear con los empleados y robar (expropiación forzosa lo llaman ellos) nueve carritos de alimentos para dárselo robinhoodianamente a un comedor social, acción desarrollada bajo la complaciente mirada del parlamentario de IULV-CA Sánchez Gordillo, es un aviso y un síntoma.

Es un aviso de que la desesperación social puede estallar en cualquier momento. En este caso se trata de una explosión propagandística controlada y dirigida por este fósil ideológico de un gigantesco fracaso histórico que hoy sólo sobrevive en Corea de Norte o Cuba. Pero podrían producirse otras explosiones no controladas, protagonizadas por ciudadanos desesperados o por saqueadores como los que arrasaron un barrio de Londres hace un año. ¿Es consciente Sánchez Gordillo de los terribles efectos que tendría la imitación de su irresponsable y delictivo gesto?

Y es un síntoma de la torpeza, partidismo y poca talla política de quienes, por desgracia, nos han tocado en suerte en estos complicados momentos que exigen justo lo contrario: patriotismo constitucional que ponga los intereses de los ciudadanos por encima de los suyos y talento político. Esto vale para el Gobierno y la oposición.

El Gobierno está haciendo lo que debe (afrontar la crisis) como puede (siguiendo los mandatos de Bruselas y bailando al son de Alemania). Pero mal, a saltos que producen sobresaltos, como si careciera de plan e improvisara, sin capacidad de diálogo con la oposición y de comunicación con la ciudadanía. Política es negociar, no sólo imponer; explicar, no sólo decretar; prever, no sólo disparar a la liebre que salte cada día. Todavía anteayer Montoro anunciaba nuevos "ajustes sobre ajustes" que "serán muy dolorosos". ¿No ha podido presentar un paquete de medidas, por duras que fueran, agotar las posibilidades de consensuarlas con la oposición y los agentes sociales, explicarlas a los ciudadanos y demostrarles que las cargas están proporcionalmente repartidas?

En cuanto a la oposición, las cosas no están mejor. Por el lado del PSOE ahí tienen al inquisidor o comisario Tomás Gómez pidiendo que se impida ocupar responsabilidades públicas a quienes "pertenezcan a pseudosectas como el Opus Dei" y a Rubalcaba ofreciendo nunca detalladas recetas milagrosas que por lo visto descubrió al dejar el Gobierno de Zapatero y prefiriendo el "muera Sansón y con él los filisteos" a la negociación. Mientras Sánchez Gordillo -parlamentario andaluz por IULV-CA, socio de gobierno del PSOE- bendice el saqueo de un supermercado. No hay donde mirar.

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