La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

O como Ayuso o como Mañueco

O Juanma Moreno se acerca a la mayoría absoluta o tendrá que gobernar con Vox, incómodo y a regañadientes

Sobre las elecciones del 19-J apenas penden incertidumbres. No las hubo en su gestación: se sabía que serían convocadas para antes del verano. No las hay sobre sus resultados más relevantes: las ganará Juanma Moreno al frente del PP, las perderá Juan Espadas al frente del PSOE y la derecha aumentará la ventaja que le sacó a la izquierda en noviembre de 2018. O eso o todos los encuestadores están siendo engañados por los electores y todos los analistas nos hemos confabulado para ignorar la realidad de la calle.

La única incógnita de las próximas elecciones andaluzas es si Juanma Moreno se aproxima a la mayoría absoluta o se aleja, lo que depende mayormente de los resultados que obtenga Vox, una vez descartada, por la segura debacle de Ciudadanos, la posibilidad de repetir la fórmula del gobierno de coalición de la legislatura recién finiquitada. En fin, las urnas dictarán si el presidente Moreno sigue el modelo Ayuso o el modelo Mañueco.

El interesado reza todos los días por la primera opción. No por afinidad ideológica ni proximidad en liderazgo y proyecto con la presidenta de Madrid, sino porque un PP cercano a los benditos 55 diputados y con más escaños que toda la izquierda junta obligaría a Vox a facilitar su reelección como presidente de la Junta, aunque fuera mediante la abstención. Como Ayuso en Madrid. La ultraderecha que no quiere ser llamada por su nombre no puede permitirse la frivolidad de abortar la investidura de Juanma yendo de la mano de socialistas e izquierdistas.

¿Y la segunda opción? Si la mayoría relativa del PP es escuálida y Vox prosigue su meteórica ascensión hasta situarse por encima de los veinte parlamentarios, no les quepa duda: habrá gobierno de coalición PP-Vox con Macarena Olona en el cargo que antes tenía Juan Marín. JM Moreno Bonilla lo hará. Como Mañueco en Castilla y León. A regañadientes, con desconfianza e incomodidad y con la escopeta cargada, pero dará entrada a los ultras en un gobierno que hasta ahora ha podido presumir de moderado, centrado y sensato. A sabiendas de que no podrá ningunear a sus socios como ha hecho en la práctica en este mandato que acaba. Sin cumplir nada de lo que les prometió en el pacto para su investidura.

Este augurio pesimista es, por cierto, todo el argumento que maneja un PSOE desesperado por que Juan Moreno no ha perpetrado los recortes sociales que se le presumían. Un mensaje de campaña pobretón.

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