El Qué y el Cómo

En estos días que se plantea si salvar la economía o la vida, debemos reflexionar sobre qué queremos y cómo conseguirlo

Vivivmosen un mundo extraño. Hace ya años que el sociólogo Zygmunt Bauman desarrolló el concepto de modernidad líquida, en oposición al mundo predecible y controlable, demasiado resistente a los cambios. Y eso que aún no había llegado el Covid-19 y todo lo que ha traído después.

En esta nueva normalidad, no es extraño que los principios y las ideas se mezclen y hasta se confundan. Podemos encontrar quien defienda el libre mercado y, a la vez, pida la intervención de papá Estado cuando el sector al que pertenece se ve amenazado. Podemos encontrar quien defienda la privatización de los servicios públicos en aras a su mayor eficacia y, a la vez, exija más y mejores hospitales y escuelas a cargo de la inversión pública. Podemos encontrar quien diga defender el medio ambiente y exija la ampliación del aeropuerto más cercano. No es nada nuevo, solo es más acusado.

En este maremagnum, es importante no dejarse llevar por lo que más brilla y tener claros los objetivos que se persiguen. El qué queremos, pero también el cómo esperamos alcanzarlos.

Cuando en estos días se nos plantea la disyuntiva entre salvar la economía o salvar la vida, a cuenta de si hemos de volver a cerrar negocios o si solo con la responsabilidad individual debería bastar, en esa disyuntiva, conviene tener claro no solo qué queremos, también es importante reflexionar sobre el cómo se puede conseguir.

Una ciudad como Granada ha de cuidar el turismo, su principal fuente de riqueza. Pero no puede hacerlo olvidando no ya la crisis climática sino la emergencia en la que nos hallamos.

Que un entorno del valor cultural, histórico, medioambiental y paisajístico como es el Valle del Darro esté en riesgo por la dejación de la Junta de Andalucía nos tendría que poner en pie de guerra. Que se haya licitado el estudio informativo para el llamado cierre del anillo o se contemplen proyectos privados de uso turístico en Jesús Del Valle debería encender todas las alarmas.

Esta es una ciudad que puede vivir de la ciencia, de la cultura, también del turismo. Pero no a cualquier precio.

Desde que los socialistas gobiernan en la plaza del Carmen son ya muchos los proyectos presentados en las distintas convocatorias de fondos Next Generation, esa magnífica apuesta del gobierno central para esta dura coyuntura. De los casi 25 millones solicitados, en este mes de diciembre se han recibido los tres primeros, destinados a poner en marcha siete proyectos de turismo sostenible. El qué y el cómo, de la mano.

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