Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Nunca más

Si hoy nos preguntaran, Granada nunca estaría en Andalucía, que nos devora con voracidad centralizadora

Provincianos, paletos, cantonalistas, son algunas lindezas que la diestra y siniestra política nos ha dedicado recurrentemente a quienes defendemos la autonomía territorial de Granada dentro de España, apelativos que ya lamentaba hace 5 años en esta columna. Pero, tras un lustro, con un panorama político completamente diferente, están surgiendo partidos en muchas provincias para defender sus propios intereses, porque la sociedad civil está harta del abandono de determinados territorios por los grandes partidos y sus políticos vasallos, hipócritas que sólo nos recuerdan cuando huele a elecciones. Es ya un clamor popular la necesidad de cambiar la forma de ver y hacer política en la España postergada, abandonada y/o vaciada, propiciado por el ninguneo y la preterición de los gobiernos autonómicos y estatal.

Granada, Jaén, Huelva, León, Soria, Ávila… ¿Somos ya tan paletos y provincianos, señoritos del PSOE y PP?¿Miran ahora de otra manera a quienes desde nuestros territorios buscamos un futuro más justo para nuestras gentes sin el servilismo y la sumisión que ustedes practican?¿Somos ya tan paletos por reivindicar nuestro derecho constitucional a otro futuro territorial para Granada?¿Por defender el Granadexit y nuestra salida de Andalucía? Es un hecho que el Estado autonómico, conforme a su actual mapa, ha fracasado, por su artificialidad territorial, su preterición intencionada de determinados territorios, su despilfarro institucionalizado, sus absurdas duplicidades. La misión de las CCAA es servir a los ciudadanos como Administraciones más cercanas que la estatal, pero sólo sirven como instrumento de influencia personal y territorial interesada y como colocadero oficial de políticos, familiares y enchufados. Aunque lloren los mamandurrios autonómicos, es imparable el cambio hacia un nuevo Estado autonómico, más acorde con la tradicional división territorial de España en reinos, con el clamor territorial ante el abandono, y lejos de las actuales estructuras territoriales autonómicas -muchas inventadas en 1978 para reequilibrar poderes políticos-.

Así, es un hito en el nuevo proceso autonómico que sucederá en los próximos años, que la Región Leonesa haya dado otro paso más hacia su autonomía presentando su Proyecto de Estatuto de Autonomía. Y Granada la seguirá, porque los granadinos estamos hartos de vivir arrinconados por la falaz autonomía andaluza, en la que nunca debió incluírsenos. Si hoy nos preguntaran, Granada nunca estaría en Andalucía, CA que nos devora con extrema voracidad centralizadora, a veces incluso ridícula. Paletos como Pedro de Aranda, Ganivet, Seco de Lucena, Pi y Margall, Domínguez Ortiz, López Ontiveros o García Oviedo, ya advirtieron que Granada no es Andalucía, y los paletos granadinos del s. XXI conseguiremos que vuelva a no serlo nunca más.

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