Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Bajarse al ruedo

Conseguir el poder suele ser más fácil que ejercerlo. Y ponerse delante de un toro es diferente a contarlo.

Me contaron hace mucho una anécdota, -aunque no recuerdo qué divino Rafael la protagonizaba, si el Guerra o el Gallo y si, como tantas otras, es apócrifa- que viene muy bien al hilo de esta reflexión. Madrid, plaza llena y el rey en el palco. Corrida de Miura con seis morlacos de respeto. Torea el maestro -así no erramos- en el mismo platillo y levanta a la plaza con una serie de ajustadísimos naturales y un pase de pecho de cartel. Cuadra al toro y entra a matar al volapié, pero rectifica y le deja una puñalada pescuecera. Al día siguiente, un afamado crítico le afea en su crónica la forma tan marrullera de acabar con el miura. Plumilla y matador se cruzan en el café. «Rafael -le dice el crítico- si ayer te arrimas al entrar a matar, hoy, más que una crónica, te habría escrito una oda heroica». «Verá usted, si ayer me arrimo, hoy publican mi esquela y usted, una elegía».

Conseguir el poder suele ser más fácil que ejercerlo. Y ponerse delante de un toro es diferente a contarlo. Un tercio de nuestro neonato gobierno lleva toda la vida viendo los toros desde la barrera. Pero las opiniones de las tertulias televisivas o de las redes sociales no suelen acabar publicadas en el BOE, ni conforman el futuro de una nación. Las pancartas, las concentraciones, escraches y manifestaciones tan del gusto de esa izquierda a la izquierda de la socialdemocracia, que es como se llama ahora al Partido Comunista y a los más o menos radicales de izquierdas que se agrupan en Podemos, no sirven para gobernar un país. Formar parte del gobierno exige responsabilidad. Algo que no parecen haber entendido los conmilitones del señor Iglesias que ayer se fueron de manifestación en el País Vasco, pidiendo el fin de la política de dispersión penitenciaria y la aplicación de algunas medidas favorables a los asesinos de ETA, que cumplen condena en cárceles de toda España. Petición que no parece justa ni lógica a muchos ciudadanos.

Mal empezamos, si una semana antes del primer Consejo de Ministros, uno de los socios sigue agarrado a la pancarta. Gobernar es solventar problemas, no diagnosticarlos. Y mucho menos generarlos. Aunque a esto último suelen tener afición todos los gobiernos. A Podemos se le acabó el tiempo de poner mala cara, protestar y corear consignas. Parece mentira que no se hayan enterado todavía de que ya están en el ruedo y quienes ahora van a soportar bronca, pañolada y pitos son ellos.

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