Primero fue el ministro Montoro y ahora el propio interventor municipal: la capital ha terminado 2017 dando un paso atrás del abismo económico. El equipo de gobierno (PSOE) saca pecho y la oposición (especialmente IU) se muestra muy crítica cuestionando los datos y advirtiendo que hay mucho de ingeniería financiera. Al margen de la lectura última de los datos, habría que exigir a todos un extra de responsabilidad y colaboración. La factura, al final, la pagamos los ciudadanos.

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