'Big Bang'

Para Brodsky, celebrar la Navidad "no es menos natural que celebrar nuestro propio nacimiento"

Ningún año me ha hecho tanta falta la Nochebuena. Siempre me ha encantado la Navidad, ojo; pero, más o menos desde octubre, ya espero el Año Nuevo como un pistoletazo (o varios -y, por eso, perdono los petardos-) de salida. Mi especialidad es recomenzar.

Al fin me he dado cuenta de que, recomenzando yo solo, no hago más que dar vueltas al calendario, y envejecer de paso. Cuántos problemas políticos, sociales, eclesiales… crecen a nuestro alrededor y, por mucho que me empine, apenas saco tiempo para estudiar y para reflexionar, y no alcanzo a encararlos. ¿Qué hace falta para un milagro? Me responde Joseph Brodsky. Al poeta ruso vuelvo cada Navidad por recomendación del exquisito arquitecto Tomás Carranza, que me regaló sus Poemas de Navidad, el libro donde Brodsky reúne los textos, que, a razón de uno en cada Navidad, se pasó la vida escribiendo. Allí me responde: "Y el milagro se hará. Porque los milagros/ gravitan en torno a la tierra y guardan/ nuestras direcciones".

Lo sorprendente es que me empeñaba en empinarme a la altura de los tiempos y el gran Brodsky propone empequeñecerse: "El Niño, María, José, los Reyes/ los pastores envueltos en pieles,/ animales, camellos, sus guías…/ Todo convertido en figuritas de arcilla". Observándolos, lamenta: "hora eres más grande que todos ellos". Ése es el problema. La solución es que fuimos hechos de barro (polvo eres, etc.) para que aspiremos a ser arcilla de otra figurita del belén.

Para Brodsky, celebrar la Navidad "no es menos natural que celebrar nuestro propio nacimiento", porque todo empieza en el pesebre. La historia se parte en dos en ese momento y Brodsky reflexiona: "¿Qué incluye ese Antes de Cristo? No sólo digamos a César Augusto y a sus antepasados, sino a todos los periodos geológicos, remontando prácticamente hasta lo astronómico. Esto, siempre más bien me ha agobiado. ¿Qué llama la atención en la Navidad? El hecho que consideramos aquí es el cómputo de la vida (o, por lo menos, de la existencia) en la conciencia de un individuo, de un individuo específico".

Si nos agobia nuestro pasado, imaginemos lo que le tenía que pesar el suyo al universo entero. Pero nace un Niño y, en un inesperado Big Bang, se hacen nuevas todas las cosas. Lógico que exultemos con la Navidad. Con años de retraso, he aprendido que es el momento para recomenzar de verdad. En Nochevieja, como su nombre indica, ya será muy tarde.

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