LA queja del diputado Bono, presidente del Congreso de los mismos, haciendo público su pesar porque la jerarquía de la santa iglesia católica no le deja comulgar, me parece a mí, aunque de esto entiendo poco, un auténtico dislate y se me da que el señor Bono, más que tener razón en su aflicción, la ha perdido por completo en lo que a los temas de disciplina eclesiástica se refiere.

De disciplina, digo, que no en cosas de fe que son asuntos en los que no sería concluyente que alguien como yo, profano a todas luces, se entrometiese. Pero que una cosa es la fe, de la que me declaro ajeno y otra la obediencia que se debe a los estatutos, por así llamarlos, del club, asociación, agrupación, iglesia, etc… al que uno decide libremente apuntarse.

Bien es cierto que la iglesia católica, en esto y otras cosas, es muy suya por ser obra de dios y se queda, como quien dice, más a bien a trasmano de la Ley humana y más en concreto de la de Asociaciones 1/2002 de 22 de marzo que es la que sería de aplicación en este caso, aunque también de otras por las que esta tradicional asociación pasa, mas que de puntillas, de soslayo y mirando hacia otro lado y que no suele sentir ella las ataduras de este mundo, aunque no pierda ocasión para meter los dedos en todas las cosas de este mundo que le viene en gana, sea la enseñanza de los mozalbetes, la vida sexual del público o el derecho de las señoras a decidir libremente, por poner algunos ejemplos.

Pero dado que así es, al parecer por indiscutible decisión divina y que todo quisqui aguanta la chufla del concordato sin decir esta boca es mía, lo que suena un poco bufo, la verdad, es que alguien que pertenece a tan selecto club, proteste de las cosas de su club, a no ser que Bono espere de la Iglesia, más o menos, lo que ya no esperan ni los del Betis de Lopera, que se vuelva bueno de pronto, que no es la iglesia, que se sepa, organismo dado a resolver sus temas en asamblea popular ni atendiendo a sus deseos. Y siendo así, bien puede Bono y otros como él, si no les parece bien que la iglesia le dé la comunión a un asesino como Pinochet y se la niegue a ellos, borrarse de esta y apuntarse en otra.

Digo yo.

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