La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Breverías

Solo de la adhesión al sanchismo espadista dependerá que Díaz se libre de hacer cola en el SAE

A LUIS Salvador se le desata el fino hilo que le sujeta a la vara. No es solo que el PSOE de Cuenca le haya puesto vencimiento a su huera exuberancia política, sino que ya llega el pleno ordinario, hora de comprobar con manos alzadas si se acaba el esperpento. 2 contra 25 no tiene suma ni multiplicación que lo atenúe. Sebastián Pérez sigue dándole caladas al puro que se encendió a finales de mayo, con la misma paciencia con la que ve desgastarse, gota a gota, la estúpida sinrazón del Salvador más fiel a sus propios defectos. Hay que ver si la altura política del paladín de la normalidad sigue sumida en la locura o si le queda algo de sensatez para no insistir en el error de querer ser lo que no puede ser, y además es imposible. De su paso al lado depende que Granada pueda seguir empujando hacia el futuro. A ver si quita el espejo de mirarse, ve cómo está el mundo, y cae en la cuenta de que él no es el eje sobre el que gira la Tierra.

El tiempo escrito en el aparato socialí de Susana Díaz está ya en la última página de su prescindible historia. Le han firmado el finiquito mientras ella estaba redactando la prórroga de su propio contrato. El despido ha sido fulminante y la indemnización no será menor, a razón de 14 pagas por año en el Senado. Eso sí, no tendrá carta de recomendación. Solo de su adhesión inquebrantable al sanchismo espadista dependerá que su CV pueda seguir ampliando páginas en las listas electorales. O desempeños institucionales que la liberen de hacer cola en el SAE. Sánchez usará la destituida figura de Susana como aleccionador ejemplo para los Lambán, García Page o Vara que no se plieguen al dictado de "su persona". La lección es concluyente: para los inadaptados de Mentiránchez no hay paraíso.

JuanMa Moreno fue recibido en la Moncloa con la misma prisa institucional con la que Sánchez delega las buenas nuevas: ninguna. Dos años ha tardado en recibirlo. No llamarse Joan Manel Morenet i Bonet es lo que tiene, que te aleja de la urgencia. Y si encima eres del PP, eso ya te pospone a la cola para ser recibido en Moncloa. Aún así el presidente andaluz ha tenido buen temple para afrontar tan sanchista desprecio. Su plausible serenidad no se parece en nada a aquella histriónica confrontación de Zarrías y Chaves con Aznar. Lo cual no ha sido óbice para decirle a Sánchez que los andaluces no somos más que nadie, pero menos tampoco. Que con nuestra financiación no jueguen. ¿Y Pedro? Silbando. Como aquí no hay "procés"...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios