Perdiendo el norte

Buenismo con deberes

Se hace necesario animar a nuestros políticos y medios a emplear la mesura hasta para no destruir

La Lola, que dirige este cotarro, dejó ayer claro aquí que las cosas, en política y en sociedad, no pasan porque sí y siempre hay quien mueve los hilos para conseguir unos objetivos no siempre claros.

En mi anterior cita, que espero no se le hiciera pesada ni cayera en una simple carta a los Reyes Magos, exponía los que creo que son los retos más importantes del nuevo curso en Granada.

A propósito de las reflexiones de la Quero, creo que se hace necesario animar a nuestros políticos y a nuestros medios (éste y el otro periódico, mi radio y la otras; los digitales chicos y grandes…, las teles, toícos todos…) no ya solo a construir sino a emplear la mesura hasta para no destruir.

Los periodistas presumimos de que nunca manipulamos. Pero si nos pasamos la mitad del telediario recopilando casos de asesinatos, más tarde o más temprano (sin haber faltado a la verdad) trasmitiremos la sensación de que nuestro espacio es un lugar inhóspito donde te rajan en cada esquina.

Traslada esto al ámbito político, por ejemplo, y tendrás la sensación del caos perfecto, allí donde te muevas. Da igual quién gobierne en cada sitio. El caso es arrojar porquería y esperar resultados. Si echas una gota de legía en un vaso, desinfecta. Si echas varias, sabrá a cloro. Pero si arrojas un tapón, te abrasas.

Por tanto, me llamo a la mesura; nos llamo a todos a la mesura. No lo es, atribuirse todos los logros, sean propios o ajenos, o que pasen por la puerta del edificio consistorial. Tampoco lo es una crítica tan feroz, que resulte ridícula, como las de esta semana por la subvención del hormigón. Si no conseguir dos o tres o cuatro millones de euros es el gran fracaso del siglo, haber conseguido 20 por otro lado, deberá de ser motivo de beatificación. Pues ni una cosa ni la otra. Así que, m-e-s-u-r-a.

Espero que los medios seamos capaces de, leyendo las cosas con la línea editorial legítima de cada uno, armar un discurso real de lo que ocurre a nuestro alrededor, sin entrar en el juego de quienes llamar al caos o sembrar el odio al otro. En política, también en la local, hay demasiados enemigos cuando solo tendría que haber adversarios.

Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad. También usted que me lee. No lea solo Granada Hoyni escuche solo la SER. Lea todo, escuche todo. Haga un esfuerzo por empaparse de lo que te hace pensar o de aquellas ideas, argumentos, hechos y opiniones que sacuden tus creencias previas y consolidadas. Usted puede contrarrestar los intentos de medios o grupos o partidos o lideruchos que quieran meternos el regomello permanente en el cuerpo. Mesura, por favor.

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