UN investigador particular ha decidido tomar por su cuenta las riendas y retomar las excavaciones abandonadas por la Junta de Andalucía en busca de los cuerpos de García Lorca y las otras tres personas fusiladas con él en 1936. Lo hará en la zona señalada por el periodista Eduardo Molina Fajardo como posible lugar de enterramiento. La finca está situada en Alfacar, junto al Caracolar, en una zona de antiguos pozos. En apariencia no hay ninguna objeción legal a la búsqueda. El propietario del terreno ha dado su autorización y ha notificado al Ayuntamiento su intención de levantar entre 20 y 30 centímetros de terreno para que sea examinado mediante un georradar por técnicos contratados para tal menester, entre ellos un arqueólogo. Al margen de las suspicacias que levante la búsqueda, que sin duda las levantará, y de la fortuna de las prospecciones en busca de restos humanos, la iniciativa de Miguel Caballero pone en evidencia la inutilidad del tremendo aparato legal y administrativo que puso en pie la Junta para su fracasada investigación.

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