Todos contra el CIS

Quizás algunas empresas demoscópicas pretenden dejar el camino libre al negocio de los sondeos

Desde que José Félix Tezanos fue nombrado presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), llama la atención la sistemática polémica mediática y partidista que aparece con cada una de las encuestas de intención de voto que publica dicho organismo.

Los comentarios y las afirmaciones negativas de muchos 'tertulianos', así como los titulares tendenciosos de la prensa conservadora, denotan un sesgo interesado y una ausencia absoluta de rigor que resultan especialmente escandalosos dada la trayectoria académica y de prestigio de Tezanos y la labor del CIS a lo largo de los años.

La sociología es una ciencia y el análisis de los estudios sociólogos que realiza el CIS o cualquier organismo privado requiere planteamientos y enfoques científicos para ser válidos. Todo lo contrario de lo que sucede en muchos medios y tertulias que se basan en comentarios y análisis de barra de bar para cuestionar y denigrar al CIS y a Tezanos.

Los estudios sociológicos sobre intención de voto y sobre opinión de la población son un instrumento interesante para el trabajo de los partidos políticos y de los poderes públicos. Por eso, se entiende que hay mucho interés por conocer de manera continua esos aspectos sondeando la opinión del conjunto de la sociedad; de aquí que haya todo un mercado que mueve muchos millones de euros al que le estorba un organismo público solvente.

Así se entiende la campaña de desprestigio continua a un organismo como el CIS que tiene una gran solvencia y una trayectoria impecable y cuya función principal es la de contribuir al conocimiento científico de la sociedad española.

Debe señalarse que hay mecanismos para el control democrático y la fiscalización de su funcionamiento y ahí es donde los grupos parlamentarios deben trabajar con propuestas de mejora. La descalificación sólo indica interés por dejar el camino libre al negocio de los sondeos y a la posibilidad de manipulación de la opinión pública.

Quizás sea eso lo que se pretende por parte de algunas empresas demoscópicas y grupos de opinión. ¿Es eso también lo que quieren los partidos que se suman a esta dinámica? He aquí otra poderosa razón para fortalecer lo público. En este caso, al CIS.

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