Cambia, todo cambia

COP25, ¿hay respuestas?

La ciudadanía está reclamando de forma masiva acciones urgentes frente a la emergencia climática

La Cumbre del Clima (COP25) celebrada en Madrid ha sido un fracaso. Este es el titular de una reunión en la que los gobiernos del mundo se fijaron un objetivo tan limitado como acordar los mecanismos para el comercio de emisiones… y ni siquiera llegaron a conseguirlo.

Al mismo tiempo más allá de los salones enmoquetados, la ciudadanía está reclamando de forma masiva acciones urgentes frente a una emergencia climática que está deteriorando las condiciones de vida en nuestro planeta. Pero lamentablemente, en las cuestiones socioambientales, los gobiernos siempre van muy por detrás de la sociedad civil.

Una vez cerradas en falso las negociaciones internacionales, es necesario que sean los estados comprometidos, las regiones, las entidades locales y también la propia ciudadanía quienes aborden lo que no han acordado los gobiernos en el ámbito global. En nuestro estado, se discute actualmente el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que está orientado principalmente a incrementar la producción de renovables a través de megaproyectos desarrollados por las grandes empresas de la energía y la obra pública. Las perspectivas son muy preocupantes para los territorios susceptibles de ser ocupados por estas infraestructuras, si nos fijamos en los enormes impactos que han generado los megaproyectos eólicos de las empresas españolas en el istmo de Tehuantepec (Oaxaca, México) donde han situado 2.122 aerogeneradores en una llanura litoral de 100.000 hectáreas (una superficie menor a la comarca de la Vega de Granada).

Sin embargo las energías renovables nos permiten hacer las cosas de otra manera. Es posible desarrollar tanto el autoconsumo como un sistema distribuido de producción cercana a los lugares de consumo evitando el control de las grandes empresas y los impactos de las torres de alta tensión y los megaproyectos. Con este modelo el sur de Europa podría ser autosuficiente energéticamente.

Pero el principal objetivo de este plan debería ser disminuir el consumo e incrementar la eficiencia energética. La producción de cercanía y en transición hacia la agroecología, reduciría los costes energéticos del traslado de alimentos a grandes distancias. La rehabilitación energética de las viviendas las haría más confortables y también baratas si además sumamos estrategias de autoconsumo. Así se evitarían situaciones como los inaceptables apagones de la zona Norte de Granada. Estas y otras propuestas las planteamos desde un manifiesto que les animo a firmar en esta web www.transicionecologicajusta.org. Con su ayuda seguro que habrá respuestas a la emergencia climática.

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