LA política tiene mucho de gestos. Tanto o más que de la propia toma de decisiones. Los primeros pasos de Mar Moreno al frente de la Consejería de Educación así se pueden interpretar: elige Granada para su primer acto como responsable del área y cambia a un inspector (Antonio Lara) por un profesor (Ernesto Gómez ) al frente del Consejo Escolar, justo el organismo que por primera vez en la historia plantó cara hace unos meses a la Administración (se opuso al adelanto del curso escolar anunciado por la anterior consejera, Teresa Jiménez). Mar Moreno deja, además, un mensaje claro: mano tendida a todos los sectores de la comunidad educativa (y también al PP-A) para lograr las mejoras que requiere el sistema. Diálogo, alianza. Y sin que ello signifique dar un paso atrás ni ceder. Porque hay decisiones, como el rechazo a concertar más plazas de Infantil en los colegios privados, que son inamovibles. Es evidente, no obstante, que, si quiere responder al reto que le ha lanzado Griñán de conseguir que la Educación sea importante, va a necesitar del concierto de muchos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios